Las tradiciones son difíciles de romper. Lo mismo sucede con los malos hábitos. Y el campo de la salud y la nutrición no está exento de creencias profesionales que se siguen promoviendo a pesar de que la ciencia avanza y la evidencia nueva en muchos casos va cambiando el rumbo.
Este cambio de rumbo, a pesar de las quejas de muchos, es una de sus principales fortalezas, algo inherente en la ciencia, no una desventaja. Es el trabajo de la ciencia estar constantemente revisando «lo que se sabe» conforme se entiende mejor en este caso el metabolismo.
Recientemente, con el mejor entendimiento del modelo Carbohidratos-Insulina de la obesidad, las dietas bajas en carbohidratos (también conocidas como Low-Carb) han aumentado en popularidad, manifestándose de muy distintas formas en planes nutricionales que adecuadamente llevados están corroborando, por ejemplo, que la diabetes tipo 2 puede ser reversible en la mayoría de los casos.
Sin embargo, los malos hábitos tardan en morir, y hay estudios que se llevan a cabo para tratar de desacreditar la efectividad y la lógica de este modelo, a pesar de su gradual reconocimiento (si bien, a regañadientes) por las autoridades nutricionales y medicas.
Científico a veces no significa imparcial
En este rubro de las dietas bajas en carbohidratos, un estudio publicado recientemente en el journal Acta Diabetologica concluyó que este tipo de dietas no son mejores que una dieta de «carbohidratos balanceados», como lo apuntan literalmente los investigadores, revelando con esta frase que no quisieron utilizar la palabra «altas en carbohidratos», como hubiera sido lógico al compararla con una supuesta dieta baja en carbohidratos.
Según el estudio, que consistió en un meta análisis de los resultados de 20 estudios controlados, las dietas low-carb solamente son útiles por unos cuantos meses, y resultan dañinas para la salud en el largo plazo, recobrando o aumentando los niveles altos de hemoglobina glicosilada (HbA1c), uno de los principales marcadores que ayudan a identificar la resistencia a la insulina y la diabetes.
Pero ¿por qué «supuesta dieta baja en carbohidratos»? Porque, además de que el hecho de mencionar a las dietas altas en carbohidratos como «balanceadas en carbohidratos» nos muestra que los autores consideran aún válido el concepto tradicional de «dieta balanceada», la clave para entender el sesgo de este estudio está en analizar qué es lo que consideraron una dieta low-carb.
Low-carb con carbohidratos no tan bajos
Desde el punto de vista terapéutico, y tomando en cuenta las dietas que resultan efectivas para disminuir los marcadores de disfunción metabólica como glucosa y triglicéridos altos e hipertensión, una dieta baja en carbohidratos se considera una que no incluye más de 100 gramos de carbohidratos diarios en la alimentación en una dieta de 2000 calorías. De hecho los estudios de este enfoque nutricional que reportan mejores resultados, especialmente en personas con diabetes o dislipidemia, son las que contemplan menos de 50 gramos, es decir cetónicas, no solamente low-carb.
Para entenderlo más fácilmente, en la mayoría de los casos, una dieta baja en carbohidratos no puede incluir más del 30% de carbohidratos en la distribución de macronutrientes (los otros dos siendo grasas y proteínas). Además, una dieta muy baja en carbohidratos se considera una que incluye solamente 10% o menos.
¿Qué fue lo que este reciente estudio consideró dietas bajas en carbohidratos y cuáles fueron las distribuciones de macronutrientes de los estudios analizados en conjunto? Ningún estudio de los 20 reportó una una dieta menor a 30% de carbohidratos. Además, los investigadores consideraron una dieta baja en carbohidratos desde cualquiera que incluyera 45% o menos.
Comparado con las recomendaciones tradicionales que aun se siguen promoviendo por profesionistas y autoridades médicas y nutricionales que dicen que «deberíamos» consumir entre 50 y 60% de nuestras calorías de carbohidratos, 45% puede considerarse baja. Pero para que funcione metabólicamente, nunca se ha considerado baja más de 30%.
Cuidado con los estudios sesgados
Los científicos son seres humanos, y como seres humanos tienen sesgos que denotan resistencia al cambio y costumbre arraigada a una tradicional manera de pensar. Agreguemos a esto la dependencia de ciertos intereses de que el consejo nutricional de basar la alimentación en carbohidratos no cambie (como la industria de los alimentos ultraprocesados), y nos daremos cuenta de que un estudio por considerarse científico no necesariamente significa que no está manipulado para respaldar una idea preconcebida.
En otras palabras, no solamente porque un titular diga «estudio científico» quiere decir que la conclusión de dicho estudio y su método hayan sido independientes de lo que quieren promover sus autores. En nutrición de hecho existen muchos estudios de este tipo, y en las últimas décadas se manifiestan en ejemplos como este reciente meta análisis sobre supuestas dietas low-carb que no lo son en realidad.
Estos estudios, sin embargo le pueden servir a sus autores para intentar mantener el status-quo nutricional que promueve la dependencia alimenticia de los carbohidratos refinados, a pesar de que las ultimas 4 décadas han ido mostrando que esta alimentación es en gran medida la responsable de la pandemia moderna de condiciones crónicas.
Realmente low-carb
La gran mayoría de la evidencia de la efectividad del mejoramiento de la salud metabólica mediante una dieta low-carb pertenece a una ingesta diaria de no más del 30% de carbohidratos en la dieta. Y los resultados son aún más efectivos del lado cetogénico del espectro, es decir, menos de 10%.
Esto quiere decir que cualquier dieta de 2000 calorías que incluya más de 150 gramos de carbohidratos en la dieta no puede considerarse baja en carbohidratos. Y de hecho aún una dieta de 30% de carbohidratos, para promover la salud metabólica requiere que la gran mayoría de esos carbohidratos sean muchos vegetales y pocas frutas, no azúcares ni harinas. Ni siquiera «integrales».
¿Cuáles son los tipos de dietas bajas en carbohidratos y por que funcionan solamente si se consideran menos de 30% de la ingesta total diaria? Eso lo analizaremos en otro artículo.
Hallberg, S., Gershuni, V., Hazbun, T. & Athinarayanan, S. (2019). Reversing type 2 diabetes: A narrative review of the evidence. Nutrients, 11(4), 766. https://doi.org/10.3390/nu11040766
Silverii, G., Botarelli, L., Dicembrini, I., Girolamo, V., et al. (2020). Low-carbohydrate diets and type 2 diabetes treatment: a meta-analysis of randomized controlled trials. Acta Diabetologica, 1-8. https://doi.org/10.1007/s00592-020-01568-8
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