En muchos países del mundo, y especialmente en países emergentes como los de América Latina, la Diabetes Tipo 2, afecta a más del 4% de la población y consume hasta el 10% de los recursos de salud. En México, en el transcurso de menos de 30 años, ha aumentado en prevalencia vertiginosamente y en 2016 alcanzaba ya el 9.4% de la población; es decir que uno de cada 10 personas hoy en día vive con esta condición diagnosticada.
Este aumento en prevalencia en la mayoría de los países desarrollados y emergentes la considera una de las pandemias del siglo XXI. Pero ¿cómo se ha convertido tan pronto en una pandemia? ¿Cómo se desarrolla? y, más importante aún ¿cómo podemos evitar esta condición que se considera crónica e irreversible una vez diagnosticada?
¿Qué es exactamente la Diabetes?
Para empezar, la diabetes existe en varios tipos. Los más comunes se conocen como Tipo I y Tipo 2. La primera es una condición genética con la que se nace. Sin embargo, solamente el 10% de los casos de diabetes se deben al Tipo I. El resto de los casos son la diabetes que nos interesa, la que se desarrolla, la conocida como Tipo 2.
Ambos tipos son condiciones relacionadas con la imposibilidad del organismo de lidiar con la glucosa en la sangre, condición conocida como hiperglucemia. Como veremos enseguida, la glucosa en abundancia es tóxica para las células, así que la diabetes no es más que la incapacidad del organismo de metabolizarla adecuadamente, lo que con el tiempo daña distintos órganos y tejidos, desencadenando problemas graves en el sistema cardiovascular, el páncreas, el hígado e inclusive el cerebro.
Aunque ambos tipos de diabetes consisten en niveles tóxicos de glucosa en la sangre, la diferencia está (aparte de que con una naces y la otra la desarrollas) en la manera en que hacen llegar al cuerpo a ese estado de hiperglucemia tóxica.
La diferencia entre Tipo 1 y Tipo 2
Punto extremadamente importante que debemos conocer: la insulina, secretada por el páncreas, es una hormona que se encarga de movilizar la glucosa que nuestro sistema digestivo extrae de los alimentos, y la lleva a las células para ser utilizada como combustible, o la almacena para cuando sea necesaria.
En la diabetes tipo 1, o diabetes dependiente de insulina, el páncreas de la persona que la padece no genera la suficiente insulina para administrar la glucosa, de manera que se mantiene en la sangre en lugar de ir a donde se necesita. Por esto es conocida como diabetes dependiente de insulina, porque el tratamiento para estas personas consiste en la administración de insulina artificialmente, desde que la condición se diagnostica desde la infancia.
Antes del desarrollo del tratamiento con insulina, este tipo de diabetes prácticamente era una sentencia de muerte para los niños que nacían con ella. Sin embargo, con consideraciones especiales en la dieta, monitoreo de los niveles de insulina y la administración periódica de esta, las personas con diabetes Tipo 1 pueden vivir relativamente normales y largas vidas.
La diabetes que nos interesa, la Tipo 2 o diabetes no dependiente de la insulina, es otra historia muy diferente.
La diabetes que puedes desarrollar
A diferencia de la Tipo 1, la diabetes Tipo 2 es la versión crónica que se desarrolla con el tiempo, y se diagnostica principalmente en adultos mayores de 50 años. Sin embargo, y lo que la hace más preocupante aun, cada año afecta a población cada vez más joven, y cada año se detecta en más niños.
Este tipo de diabetes se conoce como no dependiente de insulina debido a que en este caso la hiperglucemia se desarrolla de otra manera: a través de la resistencia a la insulina. Es decir que, aunque el páncreas pueda producir insulina, el cuerpo se hace resistente a la misma, generando en consecuencia la abundancia de glucosa. Así que, por una razón distinta, la diabetes Tipo 2 genera la misma toxicidad en el organismo que la diabetes Tipo 1.
Al ser una condición progresiva, se puede identificar desde su estado pre-diabético (también conocido como insulinorresistencia), pero se considera Diabetes Tipo 2 cuando tanto el hígado como el páncreas han perdido la capacidad de mantener a raya la glucosa sanguínea. Pero esto no sucede de la noche a la mañana. Y no necesariamente el páncreas deja de funcionar por completo. Lo que hace a la diabetes Tipo 2 no ser necesariamente una sentencia de muerte prematura.
¿Por qué existe la diabetes?
Antes de saber por qué la diabetes Tipo 2 no es tan inevitable como se considera, es importante comprender por qué existe. Y para esto, de aquí en adelante con el término diabetes solamente nos referiremos al Tipo 2.
Entonces ¿por qué podemos desarrollar diabetes y por qué cada año tenemos más posibilidad de desarrollarla? La clave está en la resistencia a la insulina, una tendencia natural del organismo en ciertas circunstancias, ya que esta tendencia puedo haber sido seleccionada por la evolución porque proveyó una ventaja para la supervivencia en tiempos de escasez de alimentos.
Tomemos en cuenta que para nuestros ancestros la abundancia de comida no era segura día a día y durante todo el año, de manera que fue práctico para el organismo poder acumular energía para los tiempos de escases. De este modo, cierta resistencia a la insulina, la suficiente como para acumular grasa en lugar de quemar toda la glucosa disponible, fue útil.
Sin embargo, en el ambiente moderno esta anterior ventaja ha convertido a la diabetes en una de las «enfermedades de la civilización». Porque, después de la adopción de la agricultura y la industrialización, ya no tenemos periodos de escases de alimentos. Al menos no de carbohidratos baratos y fáciles de digerir.
Enfermedad de Alimentos Procesados
Un hecho que debemos tener en mente: para cuando se diagnostica la diabetes, la mayoría de las personas ya la tenían desde hace tiempo.
Como ya vimos, la diabetes es una enfermedad de resistencia a la insulina, no de la glucosa en sí. La glucosa es lo que hace daño al organismo en abundancia porque consumimos demasiados alimentos que la contienen, de manera que con el tiempo el organismo pierde la capacidad de «hacerle caso» a la insulina porque ya no puede almacenarla más en los órganos más importantes para su metabolismo: el hígado y el páncreas.
Y ¿cuáles alimentos contienen más glucosa de la que nuestro organismo requiere? Los alimentos basados en nutrientes por los que el hígado tiene que trabajar más para metabolizar: harinas, azúcares y aceites hidrogenados o grasas trans.
Por esto, el Dr. Robert Lustig, unos de los principales promotores de la eliminación de estos alimentos en la dieta mundial (y especialmente el azúcar), considera que el nombre de la diabetes debe cambiarse a «enfermedad de alimentos procesados«.
Y por esto precisamente es que la diabetes es evitable.
Pero también reversible. Este tema lo abordaremos en el siguiente artículo.
FMD (2018). La diabetes en México. http://fmdiabetes.org/estadisticas-en-mexico/
Fung, J. (2019). Understanding And Treating Type 2 Diabetes Dr Jason Fung.
IMCO (2018). Actualización de indicadores considerados en el Sistema de Indicadores para Monitoriear la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes. OMENT.
INSP (2016). ENSANUT 2016: Informe de Resultados.
JumpstartMD (2019). Sarah Hallberg – Type II Diabetes Treatment: How Did We Get Here? What’s Our Best Path Forward?
Lustig, RH. (2014). Fat chance: Beating the odds against sugar, processed food, obesity and disease. New York: Plume.
Nesse, R. & Williams, G. (1994) Why We Get Sick: The New Science of Darwinian Medicine. New York, NY: Vintage Books.
Razo, N. (2016). Dejas las harinas o muere con diabetes. El Raptor Blog.
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