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Keto y colesterol

Keto aumenta el «colesterol malo»

Estudio encuentra que la dieta cetogénica aumenta los niveles de colesterol malo en la sangre, Pero ¿es esto en realidad riesgo para la salud en una dieta extremadamente baja en carbohidratos?

La ahora famosa dieta cetogénica no es nada nuevo. Ni para la humanidad históricamente (siempre han existido poblaciones tradicionales que sobreviven con dietas antas en grasas y muy bajas en carbohidratos, como los inuit de Groenlandia y los hazda de Tanzania), y ni para la medicina y la nutrición como ciencias modernas.

Ya desde principios del siglo XX se sabe que una dieta alta en grasas y mínima en carbohidratos es un tratamiento terapéutico para las epilepsias; especialmente las epilepsias infantiles. De hecho, hasta la fecha estas dietas son parte del tratamiento anti-epiléptico, aunque ahora en conjunto con medicamentos, por lo que ya casi no sabemos de su utilización.

Y precisamente porque hasta la fecha se utiliza para coadyuvar en el tratamiento anti epilepsias, un estudio de 2003 analizó la posibilidad de que una dieta alta en grasas no sea saludable para los niños. Lo que encontró el estudio es que su dieta cetogénica aumentó los niveles de LDL, y VLDL (lipoproteínas consideradas aterogénicas) y disminuyó los niveles de HDL (considerada anti-aterogénica).

¿Significa esto que una dieta cetogénica utilizada desde principios de siglo para reducir las epilepsias no es saludable para las arterias?

Estudios oportunistas

La ciencia es una actividad humana. Y como actividad humana no se libra de la tendencia a las preconcepciones, lo que se conoce como sesgo de confirmación. Un estudio como el mencionado llevado a cabo por científicos de las instituciones médicas Johns Hopkins, puede buscar confirmar una hipótesis. Y conseguirlo. Pero no necesariamente significa que los datos sirvan para confirmar otra hipótesis muy diferente. Aunque parezcan la misma.

Que el estudio haya encontrado que los niveles de lipoproteínas VLDL y LDL aumentan y los de HDL disminuyen en una dieta cetogénica anti-epiléptica, no quiere decir que eso sea malo para la salud de los pacientes. Y, correcta y formalmente, el estudio lo menciona al final especificando: «más estudios se requieren para determinar si esa dieta afecta de manera adversa la función vascular endotelial y promueve la inflamación y la formación de lesiones ateroscleróticas».

¿Entonces, si el estudio no determina que la dieta sea adversa para la salud, para qué sirvió entonces? Para dos cosas: 1) para promover la investigación de mayores detalles después de confirmar que los niveles de lípidos relacionados con la aterosclerosis se modifican con la dieta keto, y para 2) llamar la atención en las publicaciones profesionales y en los medios de comunicación, sobre un tema actual.

Y esto es normal y a veces útil para el avance de la ciencia. Otras veces sucede lo contrario; y los efectos adversos de ciertos estudios llevados a cabo y promovidos con este segundo enfoque pueden perdurar por décadas.

El colesterol no es lo que te hicieron creer

El famoso estudio del Corazón Framingham (iniciado en 1948) buscaba encontrar la relación entre el colesterol en la sangre y las enfermedades cardiovasculares. En esos tiempos, a muchos les interesaba que esa relación se «probara» principalmente a beneficio de la industria farmacéutica, e impulsar el desarrollo y la venta de los medicamentos que reducen los niveles de colesterol, los cuales hasta la fecha siguen siendo bestsellers.

Pero, el estudio Framingham se convirtió en polémica cuando tiempo después de la publicación de sus resultados que respaldaban la teoría de que las enfermedades cardiacas se causadas por el colesterol en la sangre, uno de los investigadores, el Dr. George Mann, publicó en 1970 que existían más resultados que no se publicaron porque no respaldaban dicha teoría. Los datos completos de hecho mostraban que no existía relación entre la ingesta de grasa o colesterol y los niveles de colesterolemia (altos niveles de colesterol total y LDL-C) o de enfermedades cardiacas en las personas estudiadas.

Además, los mismos datos del estudio Framingham, analizados tiempo después, reportaron lo que ahora se entiende mejor y se va reconociendo muy lentamente por organizaciones y profesionales de la salud: que el problema principal no son los niveles de colesterol en la sangre, sino la resistencia a la insulina.

Carbohidratos y Grasas

El problema son los carbohidratos

Lo datos completos del estudio Framingham también mostraron otro punto que no se dio a conocer en sus resultados originales: el riesgo de enfermedad coronaria relacionada con los niveles de colesterol aumenta en 8% en 20 años. Esto significa, como explica el profesor Tim Noakes, que si queremos proteger a una persona al año de enfermedad coronaria, se deben tratar a 250 personas. La famosa relación entre el colesterol y los problemas cardiacos ya no suena tan importante tomando en cuenta esta proporción.

Lo que sí es importante, y en las últimas décadas se comprende cada vez mejor, es el resultado del mismo estudio Framingham que nos indica que la presencia de resistencia a la insulina en conjunto con altos niveles de triglicéridos se relaciona mucho más directamente con el riesgo de enfermedad cardiaca.

Esto nos ayuda a entender que la grasa o el colesterol por sí mismos no son el problema, provengan o no de los alimentos, al menos no antes que los carbohidratos, cuyo consumo promueve la constante liberación de insulina de parte del páncreas para lidiar con la glucosa en la que se descomponen, lo que, como ya hemos analizado en artículos anteriores, fomenta el desarrollo de resistencia a la insulina. Y la resistencia a la insulina promueve la inflamación, lo que en consecuencia convierte al colesterol en riesgo de salud.

Colesterol en la dieta keto

Es común que en una dieta cetogénica los niveles generales de colesterol aumenten; inclusive los niveles de triglicéridos. Pero existe un detalle muy importante: también aumentan los niveles de HDL, el colesterol bueno. Esto no sucede en una dieta común alta en carbohidratos refinados. Esto es importante por lo que ya hemos analizado en otros artículos, que el colesterol y la grasa que promueven las enfermedades cardiovasculares como la aterosclerosis solamente lo hacen en una circunstancia específica: cuando los triglicéridos y el colesterol LDL se mantienen altos al mismo tiempo que el colesterol HDL se mantiene bajo.

En palabras simples, los triglicéridos altos en presencia de HDL bajo indican que las grasas no están siendo utilizadas adecuadamente por el organismo, que se están acumulando tanto en los tejidos como en la sangre sin ser metabolizadas como combustible. Y esta situación se presenta en una dieta basada en carbohidratos, no en una basada en grasas. ¿Por qué? Porque la glucosa de los carbohidratos se está utilizando para sintetizar lípidos debido a la constante presencia de insulina que el páncreas libera ara lidiar con la glucosa.

Así que no, los altos niveles de colesterol y triglicéridos que son dañinos para la salud cardiovascular no se deben al consumo de grasa, sino al consumo de carbohidratos refinados.

Colesterol malo en la sangre

Inflamación antes que grasa

El estudio de los niños epilépticos que encontró después de 6 meses en una dieta cetogénica altos niveles de triglicéridos y LDL y disminución de los niveles de HDL (condición conocida como dislipidemia) no reportó problemas de salud ni analizó su salud cardiovascular directamente. Además, solamente se limitó a comparar que esos niveles de lípidos se consideran aterogénicos en adultos, dejando claro que se necesitaban más estudios para saber si dicha dieta cetogénica en los niños afecta la función vascular endotelial y si promueve la inflamación y la formación de lesiones ateroscleróticas.

Y podemos agregar que la comparación con los adultos en quienes la dislipidemia se considera aterogénica a la que se refieren en el estudio es en caso de una dieta tradicional, no en una dieta cetogénica extremadamente baja en carbohidratos. Los estudios de largo plazo sobre esta dieta apenas están cumpliendo algunos años, y según lo que hasta ahora comprendemos sobre la aterosclerosis como una enfermedad inflamatoria, el tejido vascular solamente desarrolla placas ateroscleróticas en presencia de inflamación y de lipoproteínas LDL modificadas, glicosiladas y oxidadas.

Y adivina qué se requiere para que estas circunstancias se presenten en la sangre de una persona. Efectivamente: una dieta inflamatoria rica en glucosa, azúcares y aceites vegetales de semillas, especialmente en una persona sedentaria.

Estudios llamativos

Así que el estudio de los niños epilépticos no es evidencia de que altos niveles de colesterol promovidos por una dieta cetogénica sean riesgo de enfermedad cardiovascular. Aunque eso parezca por como está redactado el estudio, y especialmente por cómo lo reportaron los medios.

 

Referencias
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Nelson Razo

Nutriólogo enfocado en recuperación de la salud metabólica y la reversión de enfermedades metabólicas, basado en la más reciente evidencia y la promoción de la salud y el bienestar de largo plazo.

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