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La falta de sueño debilita el sistema inmunitario

Todos conocemos la importancia de las vitaminas para mantener un sistema inmune funcional, pero muchos dejamos de lado una actividad igual de importante para defendernos de las infecciones: el sueño.

Al dormir el cuerpo se repara; no solamente el cerebro. Aprovechar este proceso de reparación natural del sueño es básico para evitar la degradación de la salud en varios aspectos; incluida la habilidad del sistema inmune de reaccionar ante amenazas.

Mientras dormimos, el sistema linfático limpia le cerebro de amiloide-beta, la sustancia que se sabe se acumula en las personas con enfermedad de Alzheimer. Mientras dormimos el cuerpo repara el daño provocado por el ejercicio, creando músculo en el proceso. Pero eso no es todo.

De la misma manera, este proceso de limpieza y reparación influye en otras sustancias, hormonas y moléculas señaladoras que conectan al sistema nervioso (del cual forma parte el cerebro) con el sistema inmunitario.

La relación entre el sueño y el sistema inmune se estudia desde hace ya varias décadas, y los resultados más recientes confirman la importancia de esta conexión de doble vía. Esta conexión influye más de lo que nos imaginamos la capacidad del cuerpo de lidiar con las enfermedades, incluyendo las causadas por infecciones, tanto bacteriales como virales y parasitarias.

El sueño y las infecciones

Las células NK son las integrantes del sistema inmune innato que se dedican a encontrar células infectadas o disfuncionales y destruirlas. El sistema inmune innato es la primera línea de respuesta defensiva ante las infecciones. Sin embargo, estudios han encontrado que dormir solamente 4 horas al día reduce la actividad de estas células inmunes hasta en 72%.

Y aunque esta relación por sí sola es suficiente para entender que la calidad y cantidad de sueño afecta la capacidad del sistema inmune para hacer su trabajo, la ciencia siempre requiere de más evidencia para comprender los mecanismos por los cuales existen las relaciones. Y esta evidencia se sigue acumulando.

Sobre esta relación sueño-sistema inmune, un estudio de la UNAM, recientemente recopiló todo lo que se conocía específicamente en cuanto a la capacidad del cuerpo humano de combatir infecciones. Resumiendo, sin necesidad de entrar en detalles técnicos, que la privación del sueño:

  • Cambia la producción de interferón (IFN) y la actividad fagocítica, función clave de la primera respuesta del sistema inmune ante infecciones. Cuando esta respuesta no es la adecuada, la infección puede complicarse.
  • Reducción de generación de linfocitos (células B, T, CD4 y CD8) y de la actividad de las células NK, componentes esenciales del sistema inmune adaptativo (la segunda línea de defensa) para deshacerse de los patógenos mediante anticuerpos.
  • Aumento de la liberación y acción de las citocinas inflamatorias IL-1, IL-2, IL-6, IL-10 y factor de necrosis tumoral (TNF), lo que hace que la respuesta inmune a las infecciones cause más daño.

La falta de sueño y el sistema inmune

El insomnio disminuye la efectividad de las vacunas

Otros estudios ya habían reportado que dormir bien es tan importante para el adecuado funcionamiento del sistema inmunitario, que de hecho influye en la capacidad de nuestro organismo sacar provecho de las vacunas.

En este sentido, no dormir bien o no dormir al menos 7 horas al día, aumenta el riesgo de la gripe común (influenza), aun en personas que acaban de recibir la vacuna para prevenirla, y es obvio derivar de esto que afecta de manera similar en otras infecciones.

La posible explicación fue que la falta de sueño minimiza la producción y la efectividad de las células T y las células B del sistema inmune, las cuales se encargan de producir y utilizar los anticuerpos que las vacunas están diseñadas para promover como defensa ante los patógenos.

En esta línea de evidencia, recientemente, científicos de las Universidades de Tübingen y Lübeck (en Alemania) descubrieron un mecanismo por el cual el sueño fortalece el sistema inmunitario. El equipo, liderado por la Dra. Luciana Besedovsky, demostró que la función de las células T es inhabilitada con solamente 3 horas de reducción de sueño, esto mediante la inhibición de la capacidad de estas células de adherirse a las células dañadas o infectadas.

Dormir bien es primordial para la salud

Todos los anteriores y muchos más aspectos de la relación entre el sueño y el sistema inmune fueron recopilados en un reciente y muy amplio estudio de revisión liderado precisamente por la doctora Basedovsky.

El estudio titulado «La conversación Sistema Inmune-Sueño en la Salud y la Enfermedad» y publicado el journal Physiological Reviews, cuenta con nada menos que 606 referencias, dejando poca duda de la importancia del sueño para la salud del sistema inmune y para la salud en general.

Si te interesa mucho el tema, es un artículo científico altamente recomendado; al igual que el libro Why We Sleep, del Dr. Matthew Walker, el cual resume para el público en general la importancia de dormir bien para muchos aspectos de la salud, incluida la prevención del cáncer.

Entendiendo ahora la importancia de dormir bien, sería muy útil poner en práctica las cinco recomendaciones para conseguir un sueño reparador que abordamos en este artículo:
5 claves para dormir bien

Dulces sueños.

La falat de sueno debilita el sistema inmunitario

Referencias
Besedovsky, L., Lange, T. & Born, J. (2012). Sleep and immune function. Pflügers Archiv-European Journal of Physiology, 463(1), 121-137. https://dx.doi.org/10.1007%2Fs00424-011-1044-0
Besedovsky, L., Lange, T. & Haack, M. (2019). The sleep-immune crosstalk in health and disease. Physiological reviews, 99(3), 1325-1380. https://doi.org/10.1152/physrev.00010.2018
Dimitrov, S., Lange, T., Gouttefangeas, C., Jensen, A. T., et al. (2019). Gαs-coupled receptor signaling and sleep regulate integrin activation of human antigen-specific T cells. Journal of Experimental Medicine, 216(3), 517-526. https://doi.org/10.1084/jem.20181169
Ibarra, E. G., Pantaleón, A. M., Velazquéz, J., et al. (2015). The bidirectional relationship between sleep and immunity against infections. Journal of immunology research, 2015. https://doi.org/10.1155/2015/678164
Irwin, M., Mascovich, A., Gillin, J. C., Willoughby, et al.. (1994). Partial sleep deprivation reduced natural killer cell activity in humans. Psychosomatic medicine. https://doi.org/10.1097/00006842-199411000-00004
Prather, A. A., Janicki-Deverts, D., Hall, M. H. & Cohen, S. (2015). Behaviorally assessed sleep and susceptibility to the common cold. Sleep, 38(9), 1353-1359. https://doi.org/10.5665/sleep.4968
Spiegel, K., Sheridan, J. F. & Van Cauter, E. (2002). Effect of sleep deprivation on response to immunizaton. Jama, 288(12), 1471-1472. https://doi.org/10.1001/jama.288.12.1471-a
Walker, M. P. (2018). Why We Sleep: the new science of sleep and dreams. Penguin Books.

Nelson Razo

Nutriólogo enfocado en recuperación de la salud metabólica y la reversión de enfermedades metabólicas, basado en la más reciente evidencia y la promoción de la salud y el bienestar de largo plazo.

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