Nuestros ancestros, aunque de una forma u otra encontraron la manera de conseguir los suficientes nutrientes como para sobrevivir, reproducirse y transmitir sus genes a las subsecuentes generaciones, no tenían día a día seguros los alimentos ya que, hasta hace solamente 10 mil años, dependieron de la caza y la recolección.
La caza-recolección, a su vez depende de la temporada del año y del lugar dónde se caza y recolecta. Además, el alimento más preciado por nuestros ancestros, la carne, dependía de que los grupos de cazadores regresaran a la aldea con las presas, lo que no siempre pasaba.
Inclusive después de la adopción de la agricultura, debido a la manera en que la economía funcionaba, una comida apropiada era lo más que se podía consumir. Principalmente cuando la civilización dependía de la salida y la puesta del sol. Y esto pasó por todo el tiempo que ha existido la humanidad; hasta hace menos de 300 años.
Entonces ¿por qué ahora es considerado casi un sacrilegio por la mayoría de los consejeros nutricionales no comer «tus tres veces al día»?
Tradición sin fundamento nutricional
El hábito de comer tres veces al día fue el resultado de la Revolución Industrial, a mediados de los 1800, ya que el trabajo en las fábricas requería labor y comidas agendadas para que se adaptaran a las horas de trabajo, de modo que una sola comida al día no podía sostener la productividad que se esperaba de los obreros.
De esta manera la alimentación se fue adaptando a la nueva forma de vida industrializada. Con el paso de los años conforme se industrializaron los países del mundo, se hicieron tradicionales en la alimentación lo que hoy conocemos como desayuno, comida y cena. Por ninguna otra razón.
Así que, ahora nos preguntamos, desde el punto de vista nutricional que fomenta la salud integral y natural del ser humano, ¿necesitamos en realidad de tres comidas al día? O, como aseguran muchos nutriólogos, ¿cinco o seis veces al día?
Ayunar es natural y muy saludable
La humanidad y sus ancestros no lo necesitaron por millones de años y, estudiando científicamente la alimentación, se está corroborando que de hecho comer una sola vez al día es en muchos respectos más conveniente para la salud. Y esta revelación no viene solamente de estudios con ratas de laboratorio.
El Dr. Jason Fung, autor de «The Obesity Code«, es un simpático médico especializado en problemas de los riñones. Normalmente, sus pacientes acuden a él cuando ya tienen problemas serios con el funcionamiento de uno o ambos riñones, casi siempre relacionados con condiciones metabólicas crónicas.
Esta experiencia del Dr. Fung en tantas personas con problemas renales lo llevó a implementar, con una visión preventiva, distintas formas de mejorar la capacidad del organismo de lidiar con y evitar los problemas que desencadenan enfermedades renales y metabólicas. Y encontró que dejar de comer no es tan descabellado como muchos siguen pensando para promover la salud.
Así, para el Dr. Fung, un problema tan grave (y lamentablemente cada vez más prevalente) como la Diabetes, no tiene por qué ser una enfermedad progresiva e incurable. Él ya ha probado que puede controlarse y revertirse inclusive sin necesidad de medicamentos. ¿Cómo? Entre otras intervenciones, ayunando.
Más que una moda
Una de las recomendaciones que están tomando fuerza en cuanto a pérdida de peso, muy necesaria con cada vez mayores índices de sobrepeso y obesidad en todo el mundo, es el ayuno intermitente. Esta técnica se revela contra el consejo nutricional típico que te dice que comas 3 o hasta 6 veces al día.
Sin embargo, esta rebeldía no viene sin sus bases. De hecho saltarte tu comida, tu desayuno o inclusive no comer en todo el día, no solamente puede ser bueno para perder peso, sino además promueve la longevidad. O ¿alguna vez has sabido de algún centenario obeso? ¿Por qué crees que las dietas tradicionales de las personas que pasan los 100 años son casi todas de calorías restringidas?
Estudios sugieren que reducir el consumo de calorías entre 30 y 40% puede extender la vida de una persona hasta un tercio, ya que la restricción calórica emula la hambruna natural de nuestra historia evolutiva, y este modo hace al organismo más resistente a toxinas que causan daño celular.
Ayunar evita la ganancia de peso
Comer constantemente (aunque sea poco) no deja al cuerpo pasar por el modo de hambruna, ni siquiera por periodos cortos de hambre. La tradición de las tres comidas al día, por practicidad económica, cambió la tradición milenaria de seguir tu apetito para comer saludablemente, y esto promueve la liberación constante de la hormona insulina.
Y si no deseas ayunar para obtener los beneficios extra para tu longevidad y tu salud que éste estado promueve en el cuerpo, debes saber que ayunar es la forma más simple de prevenir y atacar el problema de la obesidad y todas las demás condiciones del síndrome metabólico.
Y la razón es sencilla: comiendo dos o inclusive solamente una vez al día, evitas la proliferación de insulina, la hormona que promueve la acumulación de la energía de los alimentos en forma de grasa. Solamente por este beneficio es importante comprender que para el organismo es mejor pasar por los naturales estados de alimentación y hambruna que suceden cuando pasas al menos 8 horas sin comer nada.
Un día una comida
Otro experto promotor del ayuno como método para mantener un peso saludable y para conseguir longevidad es Yoshinori Nagumo, un médico japonés quien a los 60 años no parece ni de 40. En su pequeño pero interesante bestseller «Un día, una comida», explica a detalle de manera que cualquiera puede entender, los beneficios de ayunar.
El Dr. Nagumo explica, entre otras cosas, cómo la escasez de calorías activa en el organismo un sistema de defensa que en pocas palabras protege a las células para tener más probabilidades de sobrevivir hasta la temporada de mayor alimento y cómo podemos aprovechar esta ventaja evolutiva, a pesar de que ya no vivimos en tiempos paleolíticos.
Ayunando estimulamos, por ejemplo, la secreción de ghrelina, que a su vez estimula la secreción de hormona del crecimiento, la cual descompone la grasa para usarla como energía, además de rejuvenecer la piel, por lo que es conocida como la hormona rejuvenecedora.
¿Quieres otra razón? Cuando pasamos cierto tiempo con hambre, entra en acción la sirtuina, una proteína que se ocupa de reparar nuestro ADN, protegiéndonos de posibles problemas de salud, como el cáncer.
Dejar de comer es, además, gratuito
Así que, si no padeces de alguna deficiencia nutricional o condición que te lo impida de verdad, deja de tenerle miedo a pasar varias horas, o inclusive un día completo sin comer.
Deja de creer que lo más saludable es comer «tus tres comidas al día». Como el propio Dr. Fung explica, ayunar es la manera más simple, barata y rápida no solamente para bajar de peso, sino también para mejorar tu metabolismo y tu salud.
Después de todo, para ayunar no necesitas invertir en nada, ni hacer nada.
Ni siquiera comer.
Betts, J., Richardson, J., Chowdhury, E., Holman, G., et al. (2014). The causal role of breakfast in energy balance and health: a randomized controlled trial in lean adults, The American Journal of Clinical Nutrition, 100(2), 539–547. DOI: 10.3945/ajcn.114.083402
Fung, J. (2016). The obesity code: Unlocking the secrets of weight loss. Vancouver: Greystone Books.
High Intensity Health (2018). Leptin & Insulin Resistance Balancing Tips w/ Jason Fung, MD. https://youtu.be/jXXGxoNFag4
Mercola, J. (2015). Two Meals a Day Is Ideal, But Which Two Is Up to You. Mercola Blog.
Nagumo, Y. (2017). Un día, una comida. Barcelona: Zenith/Planeta.
Olson, S. (2015). How 3 Meals A Day Became The Rule, And Why We Should Be Eating Whenever We Get Hungry Instead. Medical Daily.
Veile, A. (2018). Hunter-gatherer diets and human behavioral evolution. Physiology & Behavior, 193(B), 190-195. DOI: 10.1016/j.physbeh.2018.05.023
[…] significante en la oxidación de grasas durante el ejercicio aeróbico (cardio) llevado a cabo en estado de ayuno, comparado con el ejercicio después de haber […]
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