La depresión es uno de los diagnósticos neuropsiquiátricos que cada año es más común, especialmente en los países desarrollados, y en los países emergentes que adoptan hábitos de vida globalizados. Algunos expertos y organizaciones de hecho consideran a la depresión una pandemia global precisamente por la velocidad a la que ha aumentado en incidencia diagnosticada en todo el mundo en solamente las últimas 3 décadas.
En paralelo, en las últimas décadas, especialmente en los últimos 10 años, estamos comenzando a notar una revaloración de una de las técnicas nutricionales más antiguas utilizada para distintos objetivos de salud física y psicológica.
¿Qué tiene que ver la depresión con el ayuno, y por de repente es mucho más importante un estudio científico de hace dos años sobre el ayuno en estos momentos de pandemia por el nuevo coronavirus?
Más de lo que a la primera podríamos imaginar.
El ayuno, el cerebro y la depresión
Se sabe que la depresión y la obesidad comparten irregularidades en producción y funcionamiento de neurotransmisores y hormonas relacionadas que afectan el comportamiento de el eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA). Esta conexión entre el cerebro y las hormonas controla muchas funciones del organismo, incluyendo el trabajo del sistema gastrointestinal.
No es de sorprender entonces que fácilmente asociamos condiciones psicológicas como la depresión con sentimientos físicos como la necesidad de consumir ciertos alimentos. No en vano tenemos la imagen clara de la mujer deprimida comiendo nieve o alimentos chatarra para según ella sentirse mejor.
Pues resulta que esta relación, lógicamente, también está relacionada con la acción contraria: dejar de comer. Y no necesariamente de manera adversa, como el caso de la atragantada con comida chatarra como resultado de los sentimientos de depresión o ansiedad.
De hecho, dejar de comer, ahora sabemos por revisión de varios estudios, fomenta el mejoramiento de la actividad cerebral en varios aspectos, incluyendo la disminución de las tendencias depresivas. Y la razón básica y evolutiva de estos «nuevos descubrimientos» no es tan difícil de entender.
La ventaja de un estómago vacío
Es común la idea de que cuando tenemos hambre no pensamos bien. También es común la idea de que cuando no hemos comido a nuestras horas, tenemos mucho menos energía para llevar a cabo nuestras actividades. De modo que es común creer que con hambre no somos productivos. Nada más alejado de la realidad de nuestra especie.
Que la restricción calórica o el ayuno se relacionen con efectos antidepresivos es lógico cuando lo vemos desde la perspectiva evolutiva, haciéndonos solamente esta pregunta: ¿era conveniente para la sobrevivencia de nuestros ancestros que cuando tenían hambre no tuvieran ni ganas, ni fuerzas, ni enfoque mental para conseguir alimento?
Obviamente no. Lo que necesitaban nuestros ancestros es estar más alerta y aprovechar eficientemente la energía. Y de aquí la mayoría de las ventajas que ahora se están entendiendo con estudios científicos sobre la restricción calórica y los distintos tipos de ayuno, que tanto se están poniendo de moda en la última década como si fuera algo muy nuevo. Pero el ayuno no es nuevo. Nunca lo ha sido. Y por eso tiene tantos beneficios. Entre estos, la claridad mental y el funcionamiento activo del cerebro que combaten la depresión.
Los efectos antidepresivos del ayuno
En 2017, un estudio de revisión de la literatura científica recabó lo que se había encontrado en una gran variedad de estudios cuanto a la relación entre las distintas maneras de restricción calórica. El término técnico restricción calórica se refiere simplemente al hecho de comer menos, ya sea eliminando cierta cantidad de calorías de nuestra alimentación («hacer dieta») o dejando de comer por horas o días, es decir ayunando.
El estudio, publicado en el Journal of Cellular and Molecular Medicine, y llevado a cabo por investigadores de las universidades de Jilin en China y de Cambridge en el Reino Unido, concluyó que dejar de comer combate la depresión de varias formas.
Activa neuronas orexigénicas
La hormona orexigénica gastrointestinal acil-grelina aumenta en niveles con el ayuno. Esta hormona mejora la función del hipocampo, fomentando la neurogénesis en esa importante región del cerebro. Y un hipocampo más funcional significa un mejor estado de ánimo. Entre sus efectos está la sensación de mayor alerta y felicidad.
Aumenta los niveles de BDNF
El Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro es una proteína crucial para las habilidades cognitivas. Su deficiencia está asociada con muchas formas de desórdenes mentales, y el aumento en su producción por el contrario se relaciona con mucho mejor funcionamiento cerebral, incluyendo reducción de la depresión. Los niveles de BDNF también aumentan con el ejercicio.
Disminuye la producción de ROSs
El ayuno fomenta la utilización de cetonas como combustible en el cerebro. El metabolismo de las cetonas produce muchos menos radicales libres, o especies de oxígeno reactivo, las cuales al acumularse dañan el funcionamiento de las células, en este caso las neuronas. Entre menos ROSs menos daño celular, y mejor funcionamiento neuronal, traduciéndose en mayor claridad mental.
Aumenta la fosforilación de CREB
La Proteína de Unión al Elemento de Respuesta cAMP, interviene en la transcripción de ADN como mediador del crecimiento y la diferenciación de las neuronas, así como en la pasticidad sináptica, la conexión neuronal, la neurogénesis y su sobrevivencia. Traducción: sin suficiente fosforilación de CREB el cerebro no funciona bien.
Mejora la autofagia
El ayuno fomenta el proceso degradativo interno natural celular que recicla desechos del metabolismo y elimina organelos potencialmente tóxicos que ya no funcionan adecuadamente, así como agregados proteínicos que no son necesarios y que si se acumulan causan problemas neurológicos. Como la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo. Y nada te pondrá más deprimido que perder la función cognitiva poco a poco.
Aplicar estos descubrimientos
Así que, ahora entiendes la importancia de la relación ayuno-cerebro, y sus efectos antidepresivos. Lo ahora seguramente te hará querer saber cómo aplicar todo esto en la vida real.
Los estudios científicos no sirven de mucho para las personas sin una aplicación práctica. Sin embargo, precisamente para esto existe Cuídate Hoy.
Por esto hemos publicado y seguiremos publicando artículos que además de demostrar los últimos descubrimientos en materia de salud y nutrición, te ayuden a aplicar la información extraída, para aprovechar los beneficios.
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