Aunque en realidad la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) no ha confirmado que tomarte selfies es un desorden mental, a esta obsesión ya se le conoce como “selfitis”.
Desde el 2015 han circulado reportes y estudios sugiriendo de una forma u otra que el problema consiste en la obsesiva compulsiva necesidad de tomarse fotos de uno mismo y publicarlas en las redes sociales como una manera de completar su falta de auto estima y llenar un vacío de intimidad.
¿Cuántas selfies son demasiadas?
Sabemos que otra selfie por razones prácticas no daña a nadie ni es necesariamente signo de un problema. Sin embargo, todos tenemos en nuestros contactos de redes sociales a aquell@s que constantemente cambian su foto de perfil, o simplemente publican una foto de sí mismos sin razón práctica real. Algunos, de hecho, diario.
Y no necesitamos muchos estudios científicos rigurosos para saber que no puede ser muy saludable sentir dicha necesidad. Y en consecuencia, estudios se han seguido llevando a cabo para conocer mejor el origen y las consecuencias de este comportamiento.
La propia APA especifica que “selfitis no está en el DSM-5 (el manual de diagnósticos de problemas mentales de la APA), pero existen muchos problemas mentales relacionados que necesitan y merecen tratamiento».
Los primeros estudios precisamente analizaron la relación entre la necesidad de las personas de tomarse y publicar selfies, con su personalidad y sus posibles trastornos psicológicos.
Véanme, véanme
Comenzando por el problema de selfitis más típico, la obsesión por tomarse fotos y publicarlas en las redes sociales (aunque dichas personas crean que no es obsesión) está directamente relacionada con el narcisismo, o la constante necesidad de admiración de parte de los demás.
¿Por qué es un problema mental la necesidad constante de ser admirados?
“Cuando nos distraemos tanto por promovernos a nosotros mismos, podemos perder el contacto real con nuestras identidades auténticas y hacer más difícil nuestras relaciones, dice la doctora Lucie Hemmen, psicóloga clínica de Universidad de California Santa Cruz y autora de “Parenting a Teen Girl”.
Explicado en otras palabras, “aparte de los amigos cercanos y familiares, otras personas (consciente e inconscientemente) no van a ver muy bien a quienes constantemente comparten fotos de de ellos mismos,” dice el Dr. David Houghton de la Birmingham Business School y autor de un estudio de interacción social en en Facebook, en el cual además se corroboró que los usuarios que publican muchas fotos de ellos mismos tienen relaciones personales más superfluas.
Aunque este estudio no se centró en el tema de las selfies, ya desde 2013 investigó las consecuencias de este comportamiento en las relaciones interpersonales, demostrando características narcicistas.
La selfitis y el narcisismo
Un estudio de 2016, publicado en el jurnal Personality and Individual Differences, examinó la relación entre las selfies y los atributos narcicistas, encontrando que muchas personas obtienen un efecto de auto-reforzamiento de sus tendencia narcicistas al compartir selfies en sus redes sociales.
El objetivo del estudio era comprender si las personas narcicistas se toman selfies para positiva su auto-imagen (la hipótesis de auto selección), o si al tomarse serfies los usuarios aumentaban su nivel de narcicismo (la hipótesis del Efecto de los Medios).
Los resultados reportaron confirmación de ambas hipótesis: que las personas narcisistas se toman selfies más frecuentemente, y que este aumento de producción de selfies aumenta subsecuentes niveles de narcisismo. Es decir, un círculo vicioso de selfies y narcisismo.
No lo tengo en la vida real
Pero no todas las personas adictas a las selfies lo son por narcisistas. Por otro lado están quienes lo son por falta de autoestima.
A diferencia de los más narcicistas, estos adictos a las selfies lo son debido a su necesidad de levantar su propia autoestima, y de compensar por su falta de relaciones emocionales significativas. Y en este grupo caen la mayoría de los adolescentes y adultos jóvenes adictos no solo a publicar selfies, sino a las redes sociales en general.
Debido a que no han definido sus personalidades y a que son altamente influenciables por el ambiente que los rodea, los más jóvenes adictos a las selfies se promueven a sí mismos como una forma de validación social. Y para conseguir más “Me Gusta” se obsesionan con tomarse la selfie más atractiva posible.
“Una persona segura y mentalmente madura publicará selfies espontáneos y sin tanta edición, no buscando la pose más trabajada; y los va a compartir menos. Una persona más insegura va a publicar una foto más sexualizada y escenificada, lo van a hacer muchas más veces, y le va a afectar mucho más los comentarios o la cantidad de likes que reciba”, explica al respecto la Doctora Hemmen.
En otras palabras, si por ejemplo una chica posa provocativamente o con un escote pronunciado para un selfie que consiguió muchos “Me Gusta”, eso no es más que falsa autoestima, la cual tarde o temprano se convertirá en un problema en su vida real.
Dime cuantos selfies te tomas…
Según otro estudio, publicado en el journal Computers Human Behavior, si tu cantidad de selfies no es necesariamente la suficiente como para considerarlo un problema, mínimo está relacionada con tu personalidad, y puede decir más de lo que crees de qué tipo de persona eres.
El estudio encontró, por ejemplo, que las personas que se toman selfies con “trompa de pato” se asocian más al neuroticismo y la inestabilidad emocional. También que el ángulo en que la selfie es tomada revela mucho de la consciencia de la privacidad, la capacidad de conformidad y la escrupulosidad del individuo.
Algunos de los reportes que proclaman que la “selfitis” es un problema psicológico, inclusive asignan tres niveles a la condición:
- Si te tomas tres selfies al día, pero no las publicas en las redes sociales, considérate “en el límite”.
- Si publicas al menos 3 fotos de tí mism@ al día, eso ya es “agudo”.
- Y si tienes una incontrolable urgencia de tomarte y publicar al menos 6 selfies al fía, felicidades, tienes selfitis crónica.
Así que, aunque oficialmente no esté en el DSM-5, esta categorización del problema no pueden estar muy lejana a la realidad de muchos.
Dos razones para la selfitis
En resumen, cuando las selfies son signo de problema (independientemente de clasificarse oficialmente o no como uno) es por una de dos razones: por un lado, la gente con autoestima alta quiere compartir sus fotos porque no son susceptibles a la crítica, posiblemente por un problema de narcisismo. Y por otro lado, las personas con baja autoestima desean autopromoverse en línea como una forma de aumentarla.
Y hay que dejar muy claro que en la mayoría de las personas estos comportamientos son inconscientes; es decir que no conocen las razones por las que se toman y publican tantas selfies. Inclusive niegan que sea por estas razones y, entrevistadas al respecto, opinan que no se debe a eso.
Por cualquiera de las dos razones, la selfitis, como ya se conoce en el argot psicológico, es un problema que indica aspectos de la inestabilidad emocional actual y futura de los adictos a las selfies. Y que puede ser signo de otros trastornos psicológicos más. Incluyendo baja autoestima, depresión y ansiedad.
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