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Necesitas más sol

Necesitas más luz solar por tu salud

Dejando de lado la sintetización de vitamina D, la exposición de nuestro cuerpo a la luz solar es mucho más importante de lo que creemos, e inclusive de lo que la ciencia conoce hasta ahora.

Existe un rubro de la salud ahora sabemos es tan importante, que existe una rama de la medicina, en crecimiento en las últimas décadas, dedicada a entender y aplicar todo lo que se está descubriendo sobre nuestra relación con el dia y la noche. Se conoce como medicina circadiana, y para entender su importancia para nuestra salud, es útil primero entender el concepto del ritmo circadiano.

Nuestra relación íntima con el Sol

Desde el conocimiento básico de que la vida en la Tierra existe gracias a la existencia del Sol, podemos intuir que muchos aspectos de la vida en el planeta dependen de las horas de día y noche.

Aunque podamos desde hace unos siglos manipular a cantidad de luz a la que tenemos acceso, la evolución de la vida en la Tierra (incluyendo la de los seres humanos) por millones de años ha dependido del curso natural de la luz solar por el planeta cada hora, cada día, cada mes, cada año, en inclusive cada decena de miles de años.

Y centrándonos en los seres humanos, esta relación directa con el Sol para la vida, ha promovido la evolución de distintas relaciones biológicas especificas que, si bien algunas se entienden desde hace siglos, otras solo se pudieron descubrir e investigar hasta hace poco. Y solamente para ilustrar la importancia de este tema, analizaremos una de esas relaciones evolutivas en el marco de un moderno problema: la pandemia de COVID19.

El poder curativo de la luz solar

La luz solar es prácticamente un nutriente esencial. Principalmente porque la exposición al Sol es esencial para la efectividad del sistema inmunitario. Ya lo abordamos a detalle antes en uno de los videos más populares del canal en YouTube, pero en pocas palabras la principal razón que se conoce desde hace mucho es que el cuerpo humano aprovecha la luz solar para sintetizar su propia vitamina D. Sin embargo, la COVID19 nos mostró cómo la modernidad ha disminuido la capacidad de esta ventaja.

Sabemos que la incidencia de enfermedades respiratorias aumenta en las temporadas del año en las que los días duran menos horas, como el invierno en el hemisferio norte. Las identificamos como las temporadas más frías; lo son porque es cuando la Tierra esta más alejada del Sol, y porque aparte la inclinación del planeta hace que menos luz ilumine la superficie.

En gran parte por esto asociamos la temporada de frío con las gripes y los resfriados: menos luz significa menos vitamina D y menos vitamina D significa un sistema inmunitario menos efectivo. Pero no es distinto con la pandemia de COVID19; las estadísticas muestran los claros picos de aumento de infecciones en los meses fríos. Es decir los meses con menos luz.

Invierno, luz solar y COVID-19

Sin embargo, este efecto podría ser debido tanto la la menor cantidad de luz solar, como a la disminución de temperaturas, o la humedad. Pero, estudios sobre influenza, y estudios específicos para COVID19 ya han descartado que los importantes sean estos últimos dos factores. En otras palabras, el factor determinante es la cantidad de luz solar. ¿Por qué?

La luz solar y COVID19

Un estudio de 2021 encontró que los países europeos que tenían menos exposición solar por su latitud, tuvieron más prontos y mayores brotes de infecciones por COVID19, independientemente de las características de temperatura y humedad.

Relación Vitamina D y latitud en países europeos

Los niveles de vitamina D en la sangre ya se habían relacionado desde antes con la infección y severidad de COVID19, encontrando que las personas con niveles mayores de 20 ng/ml de vitamina D tienen menor riesgo. Pero recordemos que correlación no significa necesariamente causa. Porque, por ejemplo, otros estudios encontraron que suministrar vitamina D cuando la infección ya ha sido confirmada, poco o nada ayuda al paciente.

De modo que la vitamina D por sí misma no es el factor directo, al menos no solamente por su presencia en el sistema al mismo tiempo que la infección. ¿Qué puede ser entonces lo importante de la luz solar además de que nos ayuda a sintetizar vitamina D?

La variedad del espectro solar

Para entenderlo, debemos considerar que la luz solar no llega en un solo espectro. Y que para sintetizar Vitamina D a partir de colesterol, el cuerpo utiliza el espectro ultravioleta (UV). Y este consiste en solamente el 7% de la luz solar.

En cambio, el 54% del espectro solar que llega a nuestra piel es infrarrojo (IR). Y la parte del espectro infrarrojo cercano fomenta la sinterización de melatonina, otra hormona importante para la salud. ¿Por qué es importante en el caso de COVID19?

La melatonina es un potente antioxidante. De hecho se considera el mayor antioxidante intracelular. Se produce más específicamente en respuesta a la radicación cercana al infrarrojo que alcanza a llegar a las células, en las mitocondrias.

Esto debido a que la longitud amplia del IR puede llegar más lejos en los tejidos del cuerpo, a diferencia de la longitud corta del UV. De modo que la mayoría del espectro que recibimos naturalmente del sol es infrarrojo. Y esta radicación penetra la piel, no se queda en la superficie.

El espectro de la luz solar

Melatonina: potente antioxidante

Sucede que cuando la luz infrarroja llega a la mitocondria, la fábrica de energía celular, esta promueve la sintetización de melatonina, la que a su vez se encarga de reducir los agentes oxidantes (ROS) que resultan del trabajo metabólico de la mitocondria. Y esto es extremadamente importante, ya que los radicales libres hidroxi promueven muchas enfermedades crónicas, y reducen el funcionamiento general de las células, incluyendo el trabajo de defensa ante las infecciones.

Por esto, la melatonina es producida de noche por el cerebro en la glándula pineal, y viajando por el torrente sanguíneo protege las mitocondrias, lidiando con los radicales libres. Este es el mecanismo por el cual la melatonina es útil como suplemento antes de dormir.

Durante el día, la luz infrarroja cercana del sol activa la enzima mitocondrial citocromo-c oxidasa (parte de la cadena de transporte de electrones o ETC), lo que estimula la producción nocturna de melatonina, la que dicho sea de paso es el doble de efectiva como antioxidante en comparación con la vitamina D.

Pero la melatonina también estimula la acción de la enzima glutatión peroxidasa, que produce la principal sustancia antioxidante del organismo, glutatión. Y recodemos, que la producción de glutatión reduce con la edad, y que las personas que experimentan COVID19 severo tienen menores niveles de este antioxidante.

Antioxidantes y COVID19

Las células producen angiotensina-2 (AT-II), una hormona péptida pro-oxidante, la que luego es convertida en angiotensina 1,7, una antioxidante. El principal trabajo de la AT-II es elevar la presión arterial , mientras que la AT-1,7 la disminuye.

La acción de la AT-II produce especies de de oxígeno reactivo (ROS), mientras no sea convertida en AT-1,7 mediante la acción de la enzima ACE2. Y recordemos que el SARS-CoV2 utiliza la enzima ACE2 como receptor para introducirse en las células, deshabilitándola para su trabajo de convertir AT-2 en AT-1,7.

Esto aumenta la cantidad de ROS en las células, y en consecuencia el nivel de estrés oxidativo del organismo. La infección misma además aumenta también la cantidad de ROS mediante su producción como resultado secundario del trabajo de los glóbulos blancos (los defensores del sistema inmunitario). Esto produce inflamación celular que fomenta la coagulación, a través del aumento de factores von Wilderbrand, en algunos casos llevando a hipoxemia.

Esta oxidación producida por la infección es una razón de peso para mejorar la capacidad antioxidante de nuestro organismo.

El ser humano y la luz solar

La luz solar y el ser humano moderno

¿Has escuchado el consejo que dice que debemos dormir completamente a oscuras? La razón biológica de este consejo es que la producción adecuada de melatonina de noche depende de la exposición a la oscuridad. El organismo detecta la oscuridad (o mejor dicho la ausencia de luz) mediante la retina, y secreta melatonina mientras descansamos.

Y como ya vimos, durante el día lo que hace esto es la respuesta de la enzima citocromo-C oxidasa a la radiación cercana al infrarrojo. De modo que si no duermes bien y en la oscuridad, y si no consigues suficiente luz solar durante el día, utilizando una analogía mecánica, estás corriendo tu motor sin suficiente aceite y con un termostato disfuncional, debido a la deficiencia de melatonina.

La salud y el ritmo circadiano

Este tema, como puedes ver, es muy complejo, así que que aquí lo dejamos por ahora. Si te interesa saber más sobre la vital relación entre el Sol y la salud, en las referencias se encuentra un interesante estudio titulado «Melatonina y la óptica del cuerpo» (en inglés).

¿La conclusión practica? Disfruta de luz solar directa al menos 20 minutos al día entre las 9:00am y las 2:00pm, emulando a nuestros ancestros. Con la menor cantidad de ropa que te sea posible.

Y haciendo ejercicio al mismo tiempo, será mejor.

Y antes de preguntarte ¿y el cáncer de piel? Evalúa la intensidad de la luz y tu riesgo de daño para regular tu exposición al Sol. Existen pieles más y menos tolerantes de exposición directa al sol. De modo que utiliza bloqueador solamente si tu riesgo especifico es alto, y la menor cantidad posible.

Porque ahora sabes que los beneficios de exposición diaria al sol pueden ser mucho mayores que el riesgo de cáncer de piel.

 

Referencias
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Nelson Razo

Nutriólogo enfocado en recuperación de la salud metabólica y la reversión de enfermedades metabólicas, basado en la más reciente evidencia y la promoción de la salud y el bienestar de largo plazo.

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