En los últimos años, y especialmente desde el inicio de la actual pandemia de COVID-19, hemos escuchado sobre varios suplementos supuestamente útiles para prevenir y lidiar con las infecciones virales, así como con sus consecuencias en caso de contagio.
En un artículo anterior ya analizamos brevemente algunos de ellos con evidencia suficiente como para integrarlos adecuadamente en nuestra dieta. Sin embargo en los últimos meses uno de estos suplementos ha tenido tanta demanda y foco, que se encuentra ahora en controversia legal en Estados Unidos sobre si debería considerarse suplemento o medicamento: la NAC.
Algunos distribuidores, como Amazon, de hecho lo han retirado de la venta hasta que que las agencias encargadas de la regulación en la materia decidan cómo quedará establecido, y sin podrá seguirse vendiendo como suplemento o se clasificará como fármaco que requiera receta médica.
¿Por qué debe interesarnos el tema? Por varias razones.
Para empezar, ¿qué es NAC?
NAC son las siglas del compuesto N-Acetilcisteína. Es una forma suplemental de un aminoácido semi-esencial que el organismo requiere para variadas funciones: la cisteína.
La cisteína es considerada un aminoácido semi-esencial porque el cuerpo puede sintetizarlo a partir de otros aminoácidos, específicamente de metionina y serina. Sin embargo, en ciertas circunstancias se convierte en esencial, como cuando la ingesta de esos dos aminoácidos precursores es baja en la dieta, o cuando algo evita su adecuada absorción y aprovechamiento. O cuando la necesitamos en mayores cantidades.
La cisteína se encuentra en la mayoría de los alimentos ricos en proteínas como los de origen animal (pollo, lácteos, quesos, huevos), así como en menor proporción en leguminosas y semillas.
¿Qué hace la N-Acetilcisteína?
Básicamente nos provee fácilmente de cisteína. Y es importante conseguir adecuada absorción de cisteína debido a que es el primer aminoácido necesario para que el organismo elabore el principal antioxidante que utiliza: glutatión.
La cisteína también es utilizada en variadas rutas metabólicas, pero nos enfocaremos en uno de sus principales productos, ya que esta es la razón primaria por la cual la NAC suplemental está siendo cada vez más conocida, y demandada.
De modo que NAC es cisteína. Pero es cisteína con un truco: un grupo N-acetil en la molécula. Esto le ayuda a ser más eficientemente absorbida por el organismo, y la protege de los ácidos estomacales. El mismo suplemento también lo podemos encontrar con su nombre más completo: N-acetil L-cisteína.
¿Cuándo y por qué necesitamos NAC?
Técnicamente no necesitamos NAC para producir adecuados niveles de glutatión en nuestro organismo; lo que necesitamos es la cisteína que separa nuestro metabolismo de esta molécula. Y siempre necesitamos cisteína. Especialmente cuando pasamos por distintos tipos de estés sistémico y celular, cuando el glutatión entre en juego como antioxidante. Como por ejemplo durante alguna infección. Y de aquí su relación con la actual pandemia.
De modo que podríamos considerar que necesitamos suplementarnos con NAC cuando no tenemos suficientes niveles de cisteína en el organismo para sintetizar glutatión; como cuando no nos alimentamos correctamente. Y lamentablemente muchas personas que siguen la típica dieta globalizada basada en alimentos ultraprocesados, no se alimentan con la suficiente cantidad y variedad de proteínas de origen animal.
Esta es una gran razón para deficiencia de cisteína, y en consecuencia de sintetización de glutatión. Y además no tienes suficientes niveles de glutatión cuando no llevas una vida con hábitos saludables, como suficiente actividad física, ya que el ejercicio promueve la eficiencia del antioxidante.
La ingesta de NAC no es suficiente
Antes de salir corriendo a la tienda de suplementos por NAC, o de encargar en línea tu dotación de este suplemento, es importante saber algo más: si quieres incrementar tus niveles de glutatión con N-Acetilcisteína, necesitas niveles saludables de magnesio, glicina, glutamato, y energía.
Y también necesitas selenio para poder utilizar adecuadamente el glutatión. Porque la enzima glutationperoxidasa que se encarga de sintetizar este antioxidante, requiere de selenio para trabajar.
Además, el glutatión se daña cuando hace su trabajo como antioxidante; y se puede reciclar. Pero el reciclaje requiere de vitamina B2. Y esto es muy importante ya que si tus células tienen 15% o más glutatión oxidado, mueren. Así que también necesitas adecuada ingesta de vitaminas B.
Agrega a esto que el trabajo de eliminación de especies de oxígeno reactivo (ROS) del organismo promueve la acumulación de sulfitos, compuestos que dañan tu salud si no se eliminan. Y para deshacernos de los sulfitos existe otra enzima, una que requiere del micronutriente molibdeno. Así que si tienes problemas de acumulación de sulfuros, te falta molibdeno.
La nutrición es compleja
Si no cumples con todo lo anterior, siempre puedes conseguir glutatión directamente como suplemento. Pero es mucho más caro que la NAC.
Y esto es lo que algunas marcas venden casi como solución mágica para «mejorar tu sistema inmune».
Y podría serlo. Pero consiguiéndolo en esta forma no estarás haciendo algo en realidad valioso por tu salud de largo plazo, y solamente te estarás engañando. Porque lo que deberías hacer está a tu alcance: alimentarte saludablemente.
Lamentablemente es una tendencia humano buscar las soluciones que impliquen menor cantidad de trabajo. Y a menos que cuentes con algún polimorfismo (diferencia genética) que no te permite sintetizar suficiente glutatión de forma natural, la recomendación siempre será invertir en hábitos más saludables, y evitar la suplementación que no sea en realidad necesaria.
¿Cómo evitar requerir de NAC o glutatión suplemental? ¿Cómo alimentarnos saludablemente para obtener y sintetizar las cantidades suficientes de antioxidantes? Eso lo abordaremos en otro artículo.
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