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Menos hígado graso con keto

Menos hígado graso en dos semanas en keto

La dieta keto redujo en casi 50% la grasa hepática en personas con hígado graso antes de la reducción de peso y circunferencia de cintura.

En las ultimas décadas, como ya abordamos en Hígado Graso La Epidemia Silenciosa, la incidencia de Hígado Graso No Alcohólico (HGNA) ha aumentado de manera progresiva y epidémica. Hoy es la causa mas común de enfermedad crónica del hígado en los países desarrollados y emergentes.

Esta epidemia de HGNA es mucho más importante de atender cuando tomamos en cuenta que un porcentaje importante de estos pacientes evolucionan a cirrosis, falla hepática o inclusive carcinoma hepatocelular, es decir cáncer de hígado. El HGNA es además un importante factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.

Carbohidratos: el común denominador

En todas estas enfermedades crónicas, el vinculo común es la dislipidemia, es decir el desbalance de los lípidos en la sangre y el organismo. Además, en pacientes hiperinsulinémicos con HGNA, la dinovolipogenesis (DNL) hepática aporta el 25% del contenido de trigliceridos. En otras palabras, un gran porcentaje de la grasa que se acumula en el hígado proviene de su sintetización interna a partir de otros nutrientes.

Y recordemos que la hiperinsulinemia es respuesta directa de la hiperglucemia promovida por la alimentación rica en carbohidratos fácilmente convertidos en glucosa.

En consecuencia, la restricción de carbohidratos en combinación con ejercicio se está reconociendo cada vez más como una intervención efectiva contra el hígado graso. Añadamos a todo lo anterior, que las dietas restringidas en carbohidratos han mostrado también promover cambios importantes en la composición de la microbiota intestinal, la que también se relaciona con el metabolismo.

En base a toda esta evidencia, un estudio reciente buscó probar la eficacia de la restricción severa de carbohidratos en la modificación de los marcadores de hígado graso no alcohólico, aportando una perspectiva sistemática del problema y la solución.

Dieta baja en carbohidratos

La dieta baja en carbohidratos contra el hígado graso

El estudio intervencional, publicado en el jornal Cell Metabolism y llevado a cabo por científicos de universidades e institutos europeos, se basó en proporcionar por 14 días un dieta reducida en carbohidratos, con aumento de contenido de proteína a dos grupos de pacientes con obesidad e hígado graso. La dieta además fue isocalórica, es decir que aportó la cantidad normal de calorías calculada para los pacientes, que en promedio fue de 3114.6 kilocalorías diarias. Esto para que los pacientes no perdieran peso, y así descartar que los beneficios se debieran a la pérdida de peso.

Los participantes principales fueron diez pacientes (2 mujeres y 8 hombres), con edad promedio de 54 años, diagnosticados con hígado graso. A otro grupo de participantes (5 hombres y 2 mujeres) con obesidad y HGNA se le practicaron biopsias del hígado antes y después de la dieta baja en carbohidratos. La distribución prácticamente cetogénica o keto de macronutrientes, fue de 4% de carbohidratos, 24% de proteína y 72% de grasas. La dieta base normal constaba de 40%, 18% y 42% respectivamente.

En general los pacientes solamente consumieron entre 23 y 30 gramos de carbohidratos al día. Todas las comidas fueron suministradas preparadas anticipadamente, pesadas y entregadas dos veces a la semana a los pacientes durante los 14 días de la intervención.

Menos carbohidratos, menos higrado graso

Al final, el estudio reveló que la dieta muy baja en carbohidratos resultó en alteración del metabolismo y de la microbiota intestinal, y los datos fueron analizados con un enfoque multiómico. Según estos análisis, la reducción de la síntesis de ácidos grasos y aumentó en el metabolismo carbono mediado por el folato y las rutas de oxidación de acido graso. Esto sucedió mediante la expresión de genes implicados en el metabolismo hepático.

Para conseguir estos resultados, los investigadores combinaron metabolómica de plasma con trascriptonómica hepática en un modelo de escala genómica, y así investigar más exactamente el metabolismo de la intervención nutricional.

Al final de los 14 días de intervención nutricional, la grasa hepática había disminuido en 79.8% , y el beta hidroxibutirato (el principal cuerpo cetónico generado en la dieta keto) era 4.9 veces más alto que al principio.

Para probar que las reducciones en los marcadores de grasa hepática se relacionaban con la dieta, se reevaluaron en siete de los diez participantes principales entre 1 y 3 meses después del termino de la intervención, después del regreso a su dieta normal. Y se encontró que el nivel de grasa hepática regresó a niveles similares a los de antes del estudio.

La dieta keto cambia la microbiota intestinal

Además de la reducción de grasa hepática y el aumento de cetonas, se encontraron también importantes reducciones en las concentraciones en plasma en ayunas de fosfatasa alcalina (FA) y aspartato transaminasa (AST), marcadores de daño hepático. Las concentraciones en plasma de FGF21, una hormona relacionada con el anabolismo y la inflamación, también disminuyeron rápidamente, así como los niveles de TNFa e IL6, dos citocinas pro-inflamatorias.

Por si todo lo anterior fuera poco, la intervención nutricional también redujo los niveles de insulina en ayunas y el índice HOMA-IR, mejorando la sensibilidad a la insulina.

Pero esto no fue todo; el estudio también investigó la relación entre la dieta, la microbiota intestinal y el HGNA; y encontró que la dieta muy baja en carbohidratos o keto aumentó el folato en la sangre relacionado con la producción de esta vitamina de parte de la microbiota. El folato, o vitamina B9, influye en el HGNA ya que interviene en el metabolismo del hígado y reduce la inflamación. De hecho, el estudio encontró que en un solo día en la dieta keto, la microbiota cambió en 94 cepas bacteriales.

La importancia del hígado

Cuida tu higado con keto

En conclusión, la dieta muy baja en carbohidratos o cetogénica es muy eficiente para la reducción de grasa hepática, aun antes de lograr una pérdida de peso importante. Por lo que la reducción de peso puede ser el menor de sus beneficios en realidad, a pesar de que es la principal razón por la que esta dieta se ha hecho tan famosa en los últimos años.

Así que esta es otra razón más, respaldada por evidencia científica, para reducir tu ingesta de carbohidratos, tanto para prevenir el hígado graso como para disminuir el porcentaje de grasa hepática si ya te lo han diagnosticado.

¿Cómo se diagnostica el hígado graso? Porque la mayoría de quienes lo padecen lo hacen desde antes de presentar síntomas.

Eso lo abordaremos en otro artículo.

 

Referencias
Mardinoglu, A., Wu, H., Bjornson, E., Zhang, C., et al. (2018). An Integrated Understanding of the Rapid Metabolic Benefits of a Carbohydrate-Restricted Diet on Hepatic Steatosis in Humans. Cell Metabolism, 27(3), 559-571.e5. https://doi.org/10.1016/j.cmet.2018.01.005

Nelson Razo

Nutriólogo enfocado en recuperación de la salud metabólica y la reversión de enfermedades metabólicas, basado en la más reciente evidencia y la promoción de la salud y el bienestar de largo plazo.

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