En la era de Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat y Tinder, más gente en el mundo que nunca antes se siente sola y deprimida. ¿No se supone que la conectividad nos ayudaría a ser más sociales?¿No se supone que se llaman Redes SOCIALES?
Si, pero eso no es lo que está pasando. Sino todo lo contrario.
En Noruega, el segundo país más feliz del planeta después de Finlandia, el 16% de la población reporta sentir soledad. Tomando en cuenta que muchos no lo aceptan y no lo reportan, este es un ejemplo extremo porque, si en uno de los países más felices del mundo el 16% tiene depresión por soledad, ¿que será del resto de los países?
El problema es más grave de lo que podemos pensar. Tanto en cantidad como en severidad de las consecuencias.
El estrés depresivo por sentimiento de soledad resulta en un 29% de aumento en la probabilidad de enfermedades cardiacas, el equivalente a fumar 15 cigarros diarios; así, es ya un asesino más grande que la obesidad. Para hacer mayor el problema, el estrés depresivo aumenta al doble las posibilidades de desarrollar Alzheimer. Además, no dejemos de tomar en cuenta que es la depresión es la primera causa de suicidio en el mundo.
A pesar de que optimistas como el profesor de psicología de la Universidad de Harvard y autor bestseller, Steven Pinker, defienden lo mejor que estamos como sociedad en el presente comparados con el pasado, puede que esa mejora ya esté mostrando las desventajas con la que llegó: problemas de salud que antes no existían o no eran comunes.
El problema moderno de la depresión
Adolescentes de 12 a 18 años que ocupan 2 horas o más en las redes sociales reportan más altos niveles de ansiedad, depresión y pensamientos suicidas. ¿Por qué creen que ya hasta una famosa serie de Netflix, 13 Reasons Why, existe al respecto? Porque tanto la audiencia como el interés en el tema ya son negocio.
Y ese es solamente un estudio. Ya existen más. Pero es importante considerar que hasta los estudios más optimistas llegan a la conclusión de que, si bien las redes sociales como Facebook son beneficiosas cuando promueven la conexión mediante el diálogo con amigos, otras actividades, como la comparación social y la adicción a estar al tanto de eventos sin relevancia, «puede llevar a consecuencias negativas». ¿Pueden? Eso es el optimismo al que me refería.
La documentación se sigue apilando sobre el hecho de que las redes sociales fomentan la depresión que va en aumento en todo el mundo. Con sus beneficios por unas características, vienen también desventajas por otras. Y estas otras características de las redes sociales parecen ser las que lamentablemente hoy se utilizan más.
- El carrete de mi vida. Casi nadie quiere que una mala foto sea la publicada. Todos queremos mostrar el mejor lado de las cosas para que los demás lo admiren. Sin embargo, esto lleva a muchos a mantener una comparación constante entre su vida y la aparente vida de los demás. Y esto causa depresión en muchas de esas personas. ¿Que la comparación no es nueva e inclusive es natural? Claro, pero la diferencia es que antes no sucedía diario y a todas horas. La diferencia es la cantidad de la exposición.
- La moneda Social. En la era digital, nos importa demasiado el valor virtual que asignamos a las personas. Las redes sociales son una tienda en la cual las personas son el producto, y tendemos a atribuirle a cada quien su valor. Consciente e inconscientemente. Y esto también fomenta la depresión por el hecho de que es una carrera muy difícil de ganar.
- FOMO. El miedo de perdernos de algo (fear of missing out). La constante necesidad que se desarrolla por estar al tanto de lo que sucede con los demás y de lo que publican, se convierte en una adicción que aumenta los niveles de estrés y ansiedad por el simple hecho de que no deseamos sentirnos «fuera de onda», lo que paradójicamente lleva a una desconexión con el mundo real.
- Acoso en línea. El bullying digital (por más ridículo que le parezca a muchos) es una realidad que cada día produce más víctimas. Lo que antes solía suceder solamente en la escuela o en algunas fiestas, hoy puede suceder y sucede en cualquier momento del día. Y no tenemos que referirnos al acoso sexual o al bullying directo. El simple hecho de que una foto o video que no nos guste se comparta, afecta mucho a muchas personas, al nivel de promover el suicidio, como lamentablemente varios casos ya se han reportado.
Evitar la depresión digital. O de cualquier otro tipo.
El problema no son en sí las redes sociales. Bueno, en parte lo son, específicamente en la manera en que fomentan la adicción a utilizarlas. Pero el mayor problema es cómo las utiliza la gente. Como dice Baley Parnell, reconocida mercadóloga digital y CEO de SkillCamp, en su plática TEDx, «el lado oscuro no es el de las redes sociales, sino el de las personas».
Y ciertas características de las redes sociales tienden a sacar ese lado oscuro de la gente, esas tendencias instintivas que fomentan la adicción y la depresión, y las cuales las mismas redes sociales explotan para su beneficio; en detrimento de la salud mental de muchos de sus usuarios.
Pero ¿qué podemos hacer al respecto? En la misma plática TEDx, Parnell enumera 4 pasos para evitar la depresión fomentada por el uso de las redes sociales:
- Reconoce el problema. Como todo problema de comportamiento (igual que al alcoholismo), lo primero es reconocer que el problema existe en tu caso. Debido a que es un hábito inconsciente, mucha gente es adicta, eso le causa depresión, y ni se da cuenta. Y aquí entra en juego la necesidad de consultarlo con alguien más. Pregúntale a tu mejor amigo, a tus padres o a tu pareja que menos utilice las redes sociales si considera que tienes un problema. Y acepta la respuesta, especialmente si no te gusta.
- Analiza tu dieta de uso de redes sociales. Una vez que identifiques cierto nivel de (o mucho) problema, pregúntate cuánto tiempo le estás asignando a las redes sociales. Este es un paso crucial ya que te servirá para darte cuenta de la realidad en cuanto al tiempo que pierdes en una adicción que fomenta la depresión; tiempo que estás dejando de utilizar en otras actividades y pensamientos mucho más necesarios y constructivos para tu vida y tus relaciones en la vida real. Pregúntate siempre «¿realmente me hizo sentir mejor esos 10 minutos consultando mi news feed?»
- Crea una mejor experiencia en línea. Internet no es solamente las redes sociales. Lo mejor de internet no son las redes sociales. Hay muchas cosas que hacer, mucho por conocer y mucho por aprender. Modera la cantidad de tiempo que ocupas en redes sociales comparado con el que ocupas en otras actividades en línea. Acepta que en realidad no necesitas estar tan al tanto de lo que otros publican, sino de lo que te beneficia de tener acceso a la súper carretera de la información. En realidad no tienes que seguir a todos tus amigos. De hecho a muy pocos.
- Modela un buen comportamiento. Se consciente de cómo y para qué utilizas las redes sociales y el internet en general. Las redes sociales son una herramienta que puede ser utilizada para tu beneficio real y el de los demás. Así como debes respetar a otros y respetar tu tiempo personal, así como tus responsabilidades en el mundo real, también debes hacerlo en el mundo virtual. Y, aunque parezca paradójico, aprende a pasar tiempo de calidad a solas.
El veneno depende de la dosis
Utilizar las redes sociales no tiene que dañar tu salud mental. Todo depende de la manera en que las utilizas y el tiempo que les asignas. Y si el problema ya es muy grande, o si eres de esas personas muy influenciables, el mejor consejo es dejar de utilizarlas. Al menos por un tiempo. O al menos utilizarlas solo lo realmente indispensable.
«Si solo tengo 24 horas en mi día, y voy a ocupar 2 horas de ese día en las redes sociales, prefiero que esas experiencias estén llenas de inspiración, sonrisas y motivación», acepta Parnell en la conclusión de su plática.
Yo le agregaría, «y aprendizaje más crecimiento personal«.
[…] sociales. Al menos hasta que sean más seguras y se deshagan de su manera de funcionar que promueve el lado oscuro de las redes sociales. Y en su libro Ten Arguments to Delete your Social Media Accounts Right Now resume con argumentos y […]
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[…] Como ya lo hemos abordado en un artículo anterior (Depresión y Redes Sociales), y lo seguiremos haciendo porque el tema tiene mucho para analizar y conocer, la depresión en aumento está directamente relacionada con la educación que ahora reciben (o dejan de recibir) las nuevas generaciones en sus hogares, en sus escuelas y a través de sus teléfonos. […]
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