Desde que los primeros estudios epidemiológicos sobre la personas infectadas del nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, reportaron resultados en China, sabemos las características clínicas de la enfermedad. Entre otras cosas, estos estudios encontraron que las personas más vulnerables a la gravedad de los síntomas, y a la mortalidad por la misma, son las personas adultas mayores con una o varias condiciones crónicas.
Esta tendencia es similar en estudios subsecuentes, y en todo el mundo. Sin embargo, conforme la pandemia avanza, revelan que las enfermedades crónicas pueden ser mucho más importantes para la severidad de COVID-19, aun sin la edad avanzada. Esto quiere decir que la pobre salud metabólica que promueve la inflamación hace más débil al cuerpo ante el virus.
Y otro de los problemas de salud incluidos en la lista de causas de gravedad es el tabaquismo. Uno de varios estudios con pacientes chinos, encontró que hasta el 25.5% de los pacientes que requirieron ventilación mecánica o murieron eran fumadores, y casi el 8% lo habían sido.
Fumar fomenta las infecciones y su severidad
Las personas fumadoras tienen muchas más probabilidades de infecciones respiratorias y de que estas sean mucho más severas en comparación con personas que no fuman. Esta es una relación estudiada desde hace varias décadas. Estudios han encontrado que las personas con bronquitis crónica y limitación respiratoria relacionadas con el tabaquismo, desarrollan inflamación epitelial, y hiperplasia de las células caliciformes de la mucosa del tracto respiratorio.
Esto quiere decir que las células del sistema respiratorio de los fumadores se tratan de defender mediante la respuesta inflamatoria y promoviendo su sobre-reproducción, lo que, entre otras cosas, fomenta el cáncer, además de dejar al sistema respiratorio más propenso a enfermedades infecciosas.
Más recientemente, un estudio de la Universidad Médica de Warsaw, Polonia, reportó que específicamente el humo del tabaco induce y altera la respuesta inmunitaria en los pulmones, promoviendo la inflamación, alergia, asma y otras enfermedades pulmonares.
El tabaquismo en presencia del coronavirus
Con los resultados de los estudios que ya documentaban la relación directa entre fumar y la tendencia a las enfermedades respiratorias, ya tendríamos suficiente para suponer lógicamente que al igual otras infecciones respiratorias, el virus que provoca COVID-19 también sería más devastador en las personas fumadoras. Y por las mismas razones. Y lo es.
Sin embargo, la ciencia siempre busca las razones específicas para saber cómo funciona cada enfermedad, especialmente las debidas a infecciones por virus RNA, los cuales por naturaleza mutan rápidamente, con la posibilidad de generar una enfermedad distinta en cada epidemia.
Al respecto, un reciente estudio del Cold Spring Harbor Laboratory acaba de reportar una razón extra por la cual los fumadores son mucho más vulnerables a la gravedad de infectarse del SARS-CoV-2, además de las comorbilidades que suelen presentar, como enfisema, aterosclerosis y deficiente función inmunitaria.
Los tejidos analizados de personas fumadoras infectadas de COVID-19 mostraron mayor cantidad y tamaño de células del tracto respiratorio que expresan el receptor ACE2, el requerido por el coronavirus para introducirse en la célula e iniciar el proceso de replicación. Además, estas células mostraron mayor cantidad de estos receptores.
Otra razón para dejar de fumar
Así que, aunque puede ser solamente otra razón de varias, la expresión aumentada del receptor ACE2 en el tracto respiratorio (desde la garganta hasta los pulmones) en las personas fumadoras, parece contribuir a la severidad de los casos de COVID-19 que demuestran las estadísticas de la pandemia.
Sin embargo, este reciente estudio también encontró que dejar de fumar mejora la función pulmonar, aligerando la carga de severidad de la infección por el nuevo coronavirus. De hecho, dejar de fumar lleva a la normalización de la arquitectura epitelial respiratoria, reduce la hiperplasia y la expresión de ACE2. Es decir que dejar de fumar vuelve eventualmente el tejido a la normalidad. O al menos lo más crecano a la normalidad.
Por esta y por múltiples razones más, dejar de fumar puede reducir los riesgos asociados con la infección por SARS-CoV-2.
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