Durante toda la pandemia que ya se convirtió en endémica, muchos expertos justificaron que el ejercicio no tenía evidencia de influir específicamente en la infección por el SARS-CoV2. Y era esto en parte obvio, porque COVID-19 es una enfermedad nueva. La enfermedad apenas estaba estudiándose al mismo tiempo que sucedía. De modo que obviamente no habría evidencia suficiente aun al principio.
Pero también es obvio que si sabemos desde antes que el ejercicio mejora la capacidad inmunitaria, esto seria útil para lidiar con cualquier enfermedad viral o bacteriana, incluyendo COVID-19.
Pero los sistemas de salud se enfocaron en las medidas de corto plazo. Y a casi tres años de su declaración, la pandemia de COVID-19 sigue siendo un problema de salud. Esto inclusive a pesar de que los estudios específicos de la utilidad del ejercicio contra la infección existen desde mediados de 2021.
Entre más ejercicio menos COVID-19
Uno de esos estudios, llevado a cabo en Corea del Sur con datos médicos de más de 200 mil pacientes, encontró que de hecho las personas que se ejercitan habitualmente tuvieron menor riesgo de infección severa, e inclusive de infectarse de SARS-CoV2. Efectivamente como lo leen: encontró que quienes se ejercitan habitualmente pueden evadir a infección, aun si están en contacto con el virus.
El estudio, publicado en julio de 2021 en el British Medical Journal (BMJ), una de las principales publicaciones científicas médicas, inclusive controló por variables como alimentación, para determinar que independientemente de otros factores del estilo de vida, la actividad física puede hacer la diferencia en la defensa ante la infección viral.
No obstante, el estudio fue reportado solamente por 2 medios noticiosos.
¿Por qué no escuchamos esto en los medios de comunicación, así como escuchamos sobre las cantidades de infectados, hospitalizados y muertos por el ya no tan nuevo Coronavirus? La respuesta obvia es que la tragedia y el drama llaman más la atención, y esto es lo primero que buscan los medios de comunicación.
Evidencia que nunca es suficiente
Otra razón, como ya vimos, es que «la evidencia no era suficiente», por lo que inclusive se censuraron contenidos que difundieran otras perspectivas de la pandemia que no fueran las oficialmente declaradas por las autoridades mundiales en salud.
Pero, a pesar de que con la evidencia que teníamos era suficiente para promover la actividad física como medida contra COVID-19, y para reconocer que el contagio y la severidad del mismo depende de la salud inmunometabólica de cada persona, la evidencia especifica ya existe y sigue acumulándose.
El ejercicio, por ejemplo, mejora la función inmunitaria en general, ya que revierte efectos del envejecimiento incluyendo del envejecimiento del propio sistema inmunitario, disminuye la inflamación sistémica, y mejora la efectividad de las vacunas, incluida la vacuna contra COVID-19.
Pero aun no vemos que para los sistemas sistemas de salud, gobiernos y medios de comunicación, toda esta evidencia sea suficiente para promover y fomentar la actividad física como parte de las medidas para esta y futuras pandemias similares.
Lo que no les interesa a los medios
En gran parte por esto existe este Cuídate Hoy, para difundir la evidencia científica que no veremos mucho en las noticias, pero que pueden hacer la diferencia en nuestra salud y calidad de vida. Con o sin pandemia.
No en vano este tema ya lo hemos tratado en otros artículos desde principios de la pandemia y en videos de nuestro canal de YouTube.
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Lee, S. W., et al. (2021). Physical activity and the risk of SARS-CoV-2 infection, severe COVID-19 illness and COVID-19 related mortality in South Korea: A nationwide cohort study. British Journal of Sports Medicine, bjsports-2021-104203. https://doi.org/10.1136/bjsports-2021-104203
Malisoux, L., et al. (2022). Associations between physical activity prior to infection and COVID-19 disease severity and symptoms: Results from the prospective Predi-COVID cohort study. BMJ Open, 12(4), e057863. https://doi.org/10.1136/bmjopen-2021-057863
Sallis, R., et al. (2021). Physical inactivity is associated with a higher risk for severe COVID-19 outcomes: A study in 48 440 adult patients. British Journal of Sports Medicine, 55(19), 1099–1105. https://doi.org/10.1136/bjsports-2021-104080
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