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El dilema del cubrebocas y el coronavirus

A la luz de evidencia reciete, ahora sí deberíamos utilizar cubrebocas para reducir las posibilidades de infección por COVID-19 y aplanar la curva. Pero primero tomando en cuenta ciertas condiciones.

Constantemente hemos escuchado la recomendación de que no es necesario utilizar cubrebocas para evitar el contagio por el nuevo coronavirus, que cada día aumenta en casos confirmados en todo el mundo.

Sin embargo, recientemente la polémica a aumentado, tanto por opiniones de expertos de países orientales en los cuales la epidemia ya está siendo controlada, como en respuesta a resultados de estudios recientes y revisión de estudios en cuanto a la efectividad de los distintos tipos de cubrebocas.

Pasan las semanas y el dilema crece; y lo seguirá haciendo conforme se conoce más, y conforme la epidemia se acelera en los países en los cuales apenas inicia la curva exponencial.

A la luz de la reciente evidencia y opiniones expertas, ¿ahora sí debemos vestir cubrebocas para evitar la infección y para aplanar la curva? Analicémoslo rápidamente. Pero antes de entrar en el tema, es sumamente importante que lean este artículo completo, antes de pensar, creer o decidir tu posición en cuanto a este dilema.

¿Deberíamos todos usar cubrebocas?

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha declarado desde el principio de la pandemia que los cubrebocas no son ninguna garantía para evitar el contagio de SARS-CoV2. Tanto la OMS como la mayoría de las autoridades oficiales en el mundo aseguran que de hecho no solamente no es necesario que las personas en general utilicen cubrebocas, sino que además puede resultar contraproducente.

Sin embargo, y a pesar de que mucha gente ha seguido dicha recomendación, un porcentaje ha seguido dudando, y otro más simplemente no hizo caso y consiguió sus cubrebocas; muchas de esas personas no salen sin ellos.

El dilema está en que, como en muchas otras situaciones, la realidad no es ni blanca ni negra, sino que está en la escala de grises que la mayoría no desea analizar, ya que implica esfuerzo mental para establecer un criterio racional. Y las autoridades siempre lo han sabido.

Así que, la respuesta no es ni sí, ni no. Analicemos por qué.

La razón de la recomendación oficial

Parece lógico que utilizar un cubrebocas es mejor que nada cuando se trata de una enfermedad como COVID-19, que se transmite principalmente por vía aérea con el simple hecho de estar cerca de una persona infectada; sepamos o no que está infectada.

Sin embargo, con distintas justificaciones, las autoridades nos han dicho que un cubrebocas común no evita que el virus pueda penetrar las fibras y en consecuencia introducirse en las vías respiratorias. Y es cierto.

Pero la razón de peso de esta recomendación general oficial no es la evidencia de cuántas posibilidades tienen los cubrebocas (de cualquier tipo) de evitar el contagio. La razón es práctica por otro lado: la necesidad de economizar su utilización, y evitar la escases de esta herramienta principalmente médica.

Utilizar o no cubrebocas

El menor de dos problemas

¿Qué pasaría en el momento que las autoridades sanitarias declaren que el cubrebocas evita el contagio? Demasiadas personas comprarían demasiados cubrebocas (de todo tipo) y en consecuencia llegarían a escasear para quienes en realidad las necesitan: los profesionales de la salud que atienden a las personas en los hospitales, y las personas enfermas.

Y en el momento en que la curva de infecciones se eleve exponencialmente, ¿cuál sería la consecuencia? Más cubrebocas donde se necesitan menos. Y con esto más contagios, más casos graves, y más muertes.

Así de simple. Pero, ¿cómo explicarle a la gente tanto detalle? ¿Es necesario para lograr aplanar la curva especialmente al principio de la epidemia? ¿Lo entendería la población en general y actuarían racionalmente consiguiendo solamente los cubrebocas en realidad necesarios y evitarían tener que utilizarlos?

Ya sabemos que no. Y por esto la recomendación oficial de que no funcionan para evitar el contagio, y así evitar que la gente las utilice. Aunque esto no sea totalmente cierto.

Las recomendaciones sobre cubrebocas pueden cambiar

Sabemos que el sitio principal de replicación del SARS-CoV2, y el tejido del cuerpo que más daña, son los alveolos pulmonares. Estos son el punto en el cual se intercambian los gases en la respiración, y de ahí que los casos más graves evolucionen a neumonía crítica, ya que el paciente se queda sin suficiente oxígeno, llegando a requerir ventilación artificial.

Sin embargo, un reciente estudio encontró que el virus también infecta directamente células en el tracto respiratorio superior, es decir, la nariz y la garganta. ¿Qué significa esto?

Puesto en palabras simples: que cualquier manera de evitar que el virus llegue en cantidades suficientes como para infectar la garganta, es de ayuda. Incluyendo el uso de cubrebocas aunque no eviten totalmente el paso de partículas demasiado pequeñas en las que viaja el virus.

Ahora sabemos que el virus puede viajar tanto en gotas grandes como en gotas muy pequeñas consideradas aerosoles, que se generan cuanto se estornuda, se tose, o se habla.

Estudios han encontrado que los distintos tipos de cubrebocas pueden filtrar distintos tamaños de partículas que contienen el coronavirus, siendo los respiradores N95 los que pueden filtrar hasta las más pequeñas. Y son estas partículas las que se consideran pueden llegar a los alveolos y causar daño grave.

Cubrebocas caseros

Algo de protección es mejor que nada

Hasta aquí todo concuerda; porque un cubrebocas que no sea N95 puede dejar pasar fácilmente las gotas más pequeñas que contienen el coronavirus. Y recordemos que los cubrebocas N95 son mucho más escasos, y nadie que no se dedique a cuidar enfermos o tenga por fuerza que convivir con personas posiblemente infectadas en un lugar cerrado debería considerar utilizar.

Sin embargo, estudios ya han encontrado que los otros tipos de cubrebocas, aunque no logran detener gran cantidad de microgotas, si detienen un considerable porcentaje de las medianas y grandes, lo que los hace aunque no totalmente efectivas para prevenir el contagio, al menos reducir dichas probabilidades. Inclusive en el caso de los cubrebocas caseros.

Y eso ya es ganancia.

Por esto precisamente, expertos de países orientales que ya han aplanado su curva, ahora están promoviendo que sí se utilicen cubrebocas, y que el consejo de no utilizarlas puede resultar contraproducente en los países en los que apenas comienza a acelerarse la tasa de contagio.

Una herramienta más para aplanar la curva

Hasta ahora las autoridades de salud occidentales no terminan de dejar de promover el consejo de no utilizar cubrebocas y citar que la evidencia no demuestra que sean eficientes. Pero ahora sabemos que no están totalmente en lo correcto. Aunque no lo hacen por negligencia, sino por todo lo contrario.

¿Por qué? Porque en los países de occidente aun no es segura la cantidad suficiente de cubrebocas comerciales, como para que toda la gente de repente salga a comprar los suyos. En cambio, en los países orientales desde hace mucho han contado con cantidades suficientes, en parte debido a que han estado preparados en respuesta a las epidemias respiratorias similares anteriores.

Así que, una cosa es que los cubrebocas funcionen para disminuir la probabilidad de contagio, y otra muy distinta es que en un lugar con insuficiencia de esta herramienta, la población decida utilizarlos como lo hacen en los países orientales.

Como siempre, las cosas no son ni negro ni blanco, sino un tanto grises, y la utilización o no de cubrebocas al final depende de varias circunstancias, no solamente de su grado de efectividad en reducir el contagio. Sin embargo, en este punto de la pandemia, puede ser muy útil tomar en cuenta que el uso racional del cubrebocas se considera ya un factor que puede ayudar a aplanar la curva.

Recomendaciones para conseguir cubrebocas

Las recomendaciones racionales sobre los cubrebocas

Entonces ¿deberíamos o no utilizar y confiar en los cubrebocas? La respuesta solamente podemos conseguirla tomando en cuenta TODOS los siguientes puntos.

1. No compres cubrebocas si en tu comunidad hay escases

Antes de comprar tu paquete de cubrebocas de cualquier tipo, investiga si la oferta de estos es suficiente para cubrir la demanda en tu región en caso de que la tasa de contagios aumente exponencialmente y los hospitales necesiten aumentar sus compras.

Si vives en un lugar con pocas cantidades de estos productos en farmacias y tiendas, no compres, y mejor déjalos disponibles para casos de emergencia en el sistema de salud y para las personas que realmente lo requieren por alguna enfermedad o condición autoinmune.

Recuerda que si todo mundo se pone a comprar cubrebocas, las personas que siempre los han necesitado se pueden quedar de repente sin éstos, y todos los nuevos compradores de cubrebocas estarán afectando su salud directamente.

2. Consigue solamente los cubrebocas suficientes para ti y tu familia

Si al informarte encuentras que hay una oferta suficiente, y que los proveedores pueden seguir surtiendo a los establecimientos del lugar donde vives, adquiere solamente la cantidad suficiente para tu uso personal y familiar. NO COMPRES PARA ACUMULAR. Considera solamente la cantidad que utilizarás para necesidad real de salidas a lugares concurridos en donde existan probabilidades de contagio.

Toma en cuenta que difícilmente te contagiarás con el coronavirus por ejemplo simplemente saliendo a caminar para hacer ejercicio en lugares poco concurridos. De modo que no necesitas cubrebocas para utilizar todos los días a todas horas. Compra uno o dos paquetes y raciona su uso solamente para salidas necesarias a lugares concurridos, como el supermercado.

3. Considera fabricar tus propios cubrebocas caseros

Aunque pueden no ser tan efectivos como cubrebocas comerciales, una opción al alcance de todos es elaborar cubrebocas caseros. Como sabemos, algo de protección es mejor que nada, cuando te tienes que exponer a salir a lugares concurridos, de modo que esta puede ser una solución muy práctica.

Esta es una alternativa a los casos en los cuales no puedas o no debas adquirir cubrebocas comerciales. Además, dependiendo de los materiales y las técnicas que utilices, podrías elaborar uno muy efectivo, además de atractivo. Sumemos a esto que es una actividad más que puedes llevar a cabo en familia mientras permaneces en casa.

Hay que dejar de pensar que solamente porque no es tan efectivo como un respirador N95, un cubrebocas casero apropiadamente diseñado y utilizado no sera útil para disminuir la probabilidad de contagio.

4. No compres respiradores o cubrebocas N95 a menos que cuides a alguien enfermo o tu trabajo lo requiera

Aun cuando tengas los medios para adquirirlos, los filtros cubrebocas o las máscaras N95 no deberían ser utilizados sino más que por personas que por trabajo o causas de fuerza mayor en realidad los requieren, por estar en cercanía constante con personas confirmadas como enfermas de COVID-19, o especialmente vulnerables a la infección.

Este tipo de productos pueden muy fácilmente llegar a escasear en varios lugares cuando sean requeridos por un aumento en la tasa de contagios, así que evita comprarlos si no cuidas a alguien enfermo o tu trabajo no lo requiere.

5. No dejes de seguir todas las demás recomendaciones oficiales

NUNCA OLVIDES ESTO: utilizar un cubrebocas, de cualquier tipo, no es garantía de que puedes dejar de llevar a cabo el resto de las recomendaciones para minimizar las probabilidades de contagio.

El cubrebocas es solamente una herramienta que ayuda a reducir esas probabilidades por necesidad de acudir a lugares donde otras personas pueden estar contagiadas, o para evitar contagiarlas si estas infectado, lo sepas o no.

Esto no minimiza en ningún caso la importancia de lavarte las manos seguido y adecuadamente, de mantener la sana distancia en la medida de lo posible, y de evitar salir de casa si no requieres hacerlo en realidad.

Además, antes de utilizar un cubrebocas necesitas saber cómo utilizarlo apropiadamente para que sea lo más efectivo posible, porque un cubrebocas mal utilizado puede resultar en todo lo contrario: convertirse en un medio de contagio.

Considera también que portar cubrebocas en ningún momento debe hacerte sentir inmune o segur@; creer esto puede ponerte en riesgo también.

Contribuye responsablemente para aplanar la curva

Ahora que saben todos estos detalles, ya saben por qué no es tan fácil simplemente decir: usar cubrebocas evita el contagio. No distribuyas este consejo sin incluir todos los puntos que aquí analizamos.

Mucho menos por WhatsApp, en donde la mayoría de las personas tienden a malinterpretar la información. En ese caso mándales este artículo y especifícales que lo lean completo. O que lo vean en YouTube.

 

Referencias
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Nelson Razo

Nutriólogo enfocado en recuperación de la salud metabólica y la reversión de enfermedades metabólicas, basado en la más reciente evidencia y la promoción de la salud y el bienestar de largo plazo.

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