A pesar de que por casi 50 años hemos escuchado (y seguido) el consejo de que «la leche es necesaria para unos huesos fuertes», en las últimas décadas estudios han encontrado que esto parece ser más un mito que una realidad.
La leche de vaca sí contiene considerable cantidad de calcio que nuestro cuerpo puede absorber fácilmente, pero esa cantidad no es suficiente para que simplemente consumir leche sea la solución para conseguir «unos huesos fuertes», como ha pregonado la industria lechera por décadas, gastando cientos de millones de dólares al año.
Además, el consejo de tomar leche para aumentar la densidad de nuestros huesos deja a un lado el hecho de que la leche no es la única ni la más efectiva fuente de calcio para el cuerpo humano.
Revisando la evidencia
Desde 2013, el investigador experto en osteoporosis de la Hirslander Clinique Bois-Cerf de Suiza, el doctor Peter Burckhardt, se dio a la tarea de revisar exhaustivamente la literatura científica sobre la ingesta de calcio y su relación con la densidad ósea.
Sus hallazgos, reportados una serie de tres publicaciones sobre el tema publicadas en la revista especializada BoneKE Reports, resumen efectivamente la falta de evidencia real de la tradicional idea de que se necesita consumir leche para promover la densidad ósea.
En la tercera parte, en la cual analiza la ingesta de calcio de los alimentos, especialmente todos los estudios hasta esa fecha relacionados con el calcio de la leche, entre los 119 documentos revisados, llega a la conclusión de que si bien algunas evidencias sugieren que el calcio de la leche es beneficioso especialmente antes de la adolescencia, su utilidad tan pregonada por el consejo tradicional no es la que hemos creído por décadas.
Consumir más calcio no previene fracturas
Además de que solamente un tercio del calcio en la leche es asimilable por el cuerpo humano, no hay evidencia de estudios clínicos de que solamente consumir más de los alimentos (de la leche o cualquier otro) prevenga las fracturas.
De hecho, algunos estudios encontraron lo contrario en la edad adulta, lo que puede indicar que mientras antes de la adolescencia el calcio sirve para fomentar el crecimiento, en la adultez ese efecto fomenta mayor posibilidad de fracturas.
De esta forma, el efecto del consumo de este mineral esencial en la incidencia de fracturas en la adultez no es clara, y cuando hablamos de su consumo de la leche, no está comprobada en realidad.
El calcio no solo se consigue de la leche
En su revisión de la evidencia, el doctor Burckhardt apunta que en el caso de dietas tradicionales orientales bajas en productos lácteos, el calcio se obtiene, por ejemplo, de productos vegetales.
Sin embargo, y esto es sumamente importante de tomar en cuenta, las dietas occidentales modernas y basadas en alimentos procesados, es difícil conseguir calcio si no es de los lácteos precisamente porque no se consumen suficientes vegetales y otros tipos de alimentos también ricos en este mineral.
«Kale y brócoli son ricas fuentes de calcio y bajas en oxalato (un compuesto que inhibe su absorción efectiva en otros vegetales). Esto explica su tasa de absorción de 40.9%, la cual es más alta que la de la leche (32.1%)», indica el autor del estudio.
Así que no es cierto que el calcio de la leche es necesario. Y por razones que analizaremos después, te conviene conseguirlo más de otros alimentos, como vegetales, pescados y nueces.
Lamy, O. & Burckhardt, P. (2014). Calcium revisited: part II calcium supplements and their effects. BoneKEy reports, 3, 579. doi:10.1038/bonekey.2014.74
Burckhardt P. (2015). Calcium revisited, part III: effect of dietary calcium on BMD and fracture risk. BoneKEy reports, 4, 708. doi:10.1038/bonekey.2015.77
[…] colaboran con los pulmones para regular la presión de CO2, contribuyen en la homeostasis del calcio, e inclusive sintetizan glucosa cuando es […]