Nutrición

El nuevo etiquetado cinco años después

El nuevo etiquetado cinco años después
Estudio calculó la reducción de peso y obesidad esperadas en la población, 5 años después de la implementación del nuevo etiquetado nutricional.

No; no nos referimos a viajar en el tiempo. Nos referimos a los datos resultantes de un estudio reciente, publicado en el jornal PLoS Medicine, el cual mediante un modelo matemático calculó el cambio calórico esperado en peso corporal y prevalencia de obesidad, 5 años después de la implementación del nuevo etiquetado de advertencia en los alimentos procesados, que entró en vigor en México desde el primero día del pasado mes de octubre.

El estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y liderado por la epidemióloga Ana Abreu, concluyó que el nuevo etiquetado de octágonos de advertencia podría reducir la ingesta promedio de la población en 36.8 kilocalorías al día por persona, inclusive especificando de qué tipo de alimentos procesados: 23.2 kilocalorías de bebidas y 13.6 kilocalorías de snacks.

Esta especificidad de los datos es importante cuando tomamos en cuenta que se calcula que hasta el 31% de las calorías que el mexicano consume provienen de bebidas endulzadas y alimentos empacados (dulces o salados) que generalmente se consumen entre comidas, conocidos también como snacks.

La importancia de este estudio

Este estudio, que también fue supervisado pro el propio director del Centro de Investigación en Nutrición del INSP, el Dr. Simón Barquera, aporta algunos datos importantes en el contexto de esta reforma de la Norma 051 de etiquetado de alimentos, principalmente porque sugiere que la información que proporciona a los consumidores podría ahorrarles 1800 millones de dólares en costos por los problemas de salud que conlleva la obesidad, al hacerlos más conscientes y disminuir el consumo de alimentos hipercalóricos.

¿Cuánto significa esta cantidad en personas? El estudio también especifica que los resultados a cinco años pueden reflejarse en 1.3 millones de personas que reducirían su grado de obesidad.

Y, como ya hemos analizado en otros artículos y videos en Cuídate Hoy, la obesidad es uno de varios marcadores de salud que indican problemas metabólicos que pueden convertirse en enfermedades mortales. Enfermedades que dependen directamente de los alimentos y las cantidades de estos que consumimos. Especialmente en los últimos 40 años.

Transición nutricional

Al hecho de que en las últimas décadas el estilo alimenticio de la población ha cambiado se le conoce como transición nutricional. Esta transición se refiere más específicamente a que el ambiente alimenticio de los países emergentes se ha transformado como resultado del crecimiento económico y los pactos de libre comercio internacional.

Como resultado, la dieta mexicana y de otros países de América Latina ha cambiado de alimentos frescos, regionales y mínimamente procesados a alimentos ultraprocesados altos en carbohidratos y mezclas de sal y aceites vegetales.

Este mayor consumo de productos alimenticios industrializados, junto con la abundancia de campañas publicitarias y técnicas mercadológicas que promueven su consumo, son las principales razones por las que México se ha convertido en uno de los primeros lugares en obesidad tanto adulta como infantil entre los países miembros de la OCDE. De hecho se estima que más del 23% de la ingesta alimenticia diaria de la población consiste en calorías de productos ultraprocesados.

Agreguemos a esto el hecho de que la conveniencia de este tipo de alimentos ha fomentado además la reducción en la alimentación de bebés con leche materna, lo que, como ya hemos abordado, aumenta las probabilidades de desarrollo de condiciones crónicas en la edad adulta.

El problema con los alimentos ultraprocesados

En los países industrializados como Estados Unidos, el consumo de alimentos ultraprocesados representa hasta la mitad de la ingesta calórica de su población. Como lo han demostrado y lo siguen demostrando varios estudios, existe una relación inversa entre el consumo de calorías de ese tipo de alimentos y la salud cardiovascular.

En otras palabras, entre más alimentos ultraprocesados consume la población, mayor es el riesgo de incidencia y prevalencia de enfermedades cardiovasculares. Y lo mismo sucede con casi cualquier otra enfermedad crónica relacionada directamente con el metabolismo.

De hecho, uno de esos estudios encontró que cada 5% de aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados se asocia con 0.14 puntos menor salud cardiovascular, en una escala que considero 0 a 4 como inadecuada, 5 a 8 como promedio, y 9 a 12 como optima salud.

Y aunque países latinoamericanos como México se consideran emergentes, el porcentaje de consumo de alimentos ultraprocesados no solamente ya pasa el 23%, sino que además va en aumento. Y en mucho menor tiempo, en comparación con el que les tomó a los países desarrollados ser afectados por el consumo de alimentos ultraprocesados.

Etiquetado nutricional de advertencia

La premisa del nuevo etiquetado

En México, antes del 2010 la epidemia de enfermedades crónicas, incluyendo la obesidad y la diabetes, ni siquiera estaba en la agenda de salud nacional.

Es así como desde principios de dicha década, se comenzaron a implementar programas y políticas de prevención y tratamiento del problema. No obstante, hasta la fecha no han reportado resultados significativos, y en cambio si han movido a la industria alimenticia multinacional a implementar estrategias mercadológicas y de intervención política para evitar la disminución del consumo de alimentos ultraprocesados.

El etiquetado nutricional de estos productos es precisamente una de las medidas que la industria ha influenciado, evitando que el consumidor tenga la información mas útil a la hora de decidir sobre la nutrición que le proveen los alimentos.

Después de varios años de impulso por la academia y algunas organizaciones de la sociedad civil, en octubre de 2019, el gobierno aprobó un nuevo etiquetado para los alimentos empacados y las bebidas no alcohólicas envasadas, cuyo objetivo principal es hacer más fácil la comprensión del contenido nutricional de los alimentos, enfocado en los ingredientes que se consideran dañinos para la salud si se consumen en exceso.

Esta ley entró en vigor el pasado 1 de octubre de 2020, e informa de manera grafica cuáles productos exceden los límites de consumo considerado saludable de calorías, azúcares, grasas trans, grasas saturadas y sodio. También advierten en caso de cafeína y endulzantes artificiales entre sus ingredientes.

Solamente una herramienta de muchas necesarias

La entrada en vigor del etiquetado de advertencia, ya probada en otros países latinoamericanos como Chile, es un paso adelante en la promoción de la salud nutricional de la población. Sin embargo, es un paso que ya  ataca la industria alimenticia, la cual desde el principio de la propuesta se dedicó a considerarla errónea, ilegal e injusta, a pesar de que el proceso de propuesta legislativa siempre consideró su opinión.

Uno de los reclamos de las empresas de alimentos ultraprocesados es que el nuevo etiquetado de advertencia no es la solución a la epidemia de enfermedades crónicas que vive México. Esto lo expresa la industria como si su implementación fuera inútil.

Y aunque es cierto que el etiquetado de advertencia no es la solución, sí es una de varias herramientas que requieren implementarse desde las políticas económicas y de salud, no solamente para ayudar a regular el consumo de alimentos poco nutritivos, sino además para promover la cultura de la población en materia de salud nutricional.

Que la industria se defienda de la reforma y la implementación de la Norma 051 es una señal de que la industria misma sabe que reducirá el consumo de sus productos. Y como la evidencia muestra cada vez con mayores bases, entre más alimentos naturales y mínimamente procesados consume la población, menos desarrollo de enfermedades crónicas que afectan mucho más a la economía de las naciones en el mediano y largo plazo.

El nuevo etiquetado tampoco es la panacea

Aun con el gran aporte a la educación nutricional y el fomento de una mejor nutrición poblacional, el nuevo etiquetado de advertencia solo será completamente efectivo en conjunto con una más efectiva promoción de la salud pública y específicamente de la salud nutricional, así como con la toma de las medidas necesarias en el sistema socioeconómico para hacer mucho más accesibles los alimentos saludables para la población en general.

Además, el nuevo etiquetado, al ser de advertencia más que educativo, está basado en recomendaciones nutricionales no actualizadas, las cuales por hacer simple el mensaje, dejan de lado información mucho más útil para la promoción de la salud nutricional de largo plazo. Como por ejemplo que las grasas saturadas o el sodio no son dañinos ni “en exceso” por sí mismos, sino más bien dependiendo de qué otros ingredientes existan en los alimentos que los contienen.

Esta parte del tema, un poco más técnica pero mucho más informativa en cuanto a lo que hay que saber para tomar mejores decisiones nutricionales con respecto a los alimentos ultraprocesados que consumimos, lo analizaremos en otro artículo. Por ahora, les recomiendo, si no lo han hecho, leer:

La importancia de la ley anti alimentos chatarra

Despídete de los alimentos ultraprocesados

Que no te engañe la etiqueta del producto

Quienes leen la etiqueta nutricional son más saludables

Nelson Razo

Nutriólogo y divulgador de la ciencia enfocado en salud metabólica y promoción de la salud pública. Experto en branding y marketing digital que disfruta del running, la lectura y la investigación.

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